Después del fuego
Eduard Fernández y Elena Anaya consiguen dar cuerpo a lo inexpresable en este trabajo que culmina en un plano final seco
Ha llovido mucho desde que se proyectara, fuera de concurso, este último largometraje de Imanol Uribe en la pasada edición del festival de San Sebastián, donde su proyección de prensa estuvo puntuada por risas destinadas a desautorizar su arriesgada propuesta. En ese momento, la película aún no tenía cerrada su distribución y, una vez arreglado ese extremo, su fecha de estreno ha sufrido sucesivos aplazamientos que parecían indicar que Lejos del mar era, ante todo, una patata caliente de la que nadie quería hacerse cargo. Quizá de lo que da fe el caso Lejos del mar es de la naturaleza profundamente incómoda de su propuesta y, quizá, de cómo se activan soterradamente los mecanismos para silenciar un trabajo cuando no existe, de manera oficial, una censura.
LEJOS DEL MAR
Dirección: Imanol Uribe.
Intérpretes: Elena Anaya, Eduard Fernández, Susi Sánchez, José Luis García Pérez.
Género: drama. España, 2015.
Duración: 105 minutos.
Ahondando en uno de los más consecuentes usos contemporáneos del melodrama, Lejos del mar utiliza los inaprensibles mecanismos del deseo para formular una pregunta incómoda: en este caso, con el telón de fondo de ETA, dicha pregunta (ferozmente provocadora) apunta a la posibilidad de comunicación entre víctimas y verdugos y, simultáneamente, la imposibilidad de reingreso en la normalidad para quienes han estado en uno u otro lado de un conflicto violento. Es cierto que la película da algún que otro traspié –la aparición de un titular de periódico en primer plano propicia una inoportuno y distanciador golpe de comicidad involuntaria-, pero Eduard Fernández y Elena Anaya consiguen dar cuerpo a lo inexpresable en este trabajo que culmina en un plano final seco y demoledor.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.