Política doméstica cubana
Soy el ejemplo perfecto del hermetismo político socialista. Muchas cosas se saben, otras se presumen, pero los detalles son un verdadero misterio
Los archivos describen, los testigos confiesan, los historiadores reflexionan, los documentales narran lo que ignora buena parte de los cubanos de mi generación. Se trata de la otra literatura, la vida real.
Cuando estoy en un panel sobre Cuba mi vida pasa como una película. Es mi turno, tengo el micrófono. Hacer silencio también es un crimen. ¿Debo explicar que desconocía el trasfondo histórico real? ¿Quién me va a creer si vivo en Cuba? ¿Me tildarán de ingenua o de cobarde? Soy el ejemplo perfecto del hermetismo político socialista. Muchas cosas se saben, otras se presumen, pero los detalles son un verdadero misterio.
Se retoma el tema de las UMAP (unidades de apoyo a la producción) campos de concentración a los que confinaban a nuestros padres y abuelos por querer ser ellos mismos en medio del populismo. “Dentro de la revolución, todo, fuera de la revolución, nada”.
Se retoma el tema de los fusilamientos, culpan a Ernesto Guevara, ese mismo héroe al que cada mañana durante décadas le jurábamos lealtad. “Pioneros por el Comunismo, seremos como El Che”. Se habla de Arnaldo Ochoa ¿Por qué fue fusilado? Aparecen documentos, tesis, especulaciones, versiones de la realidad. Muchos lo conocimos por el juicio televisado, fue un hombre de bajo perfil pero también Héroe de la República de Cuba. La discusión sobre el General se acalora, pienso en mi casa, en La Habana.
Ahora se discute sobre El Che, su responsabilidad en los fusilamientos. ¿Recuerdan la carta de despedida de El Che a sus hijos? Hace unas semanas vi a Camilo Guevara a la salida del concierto de Pablo Milanés. Camilo tiene una hija con Suylen Milanés, quiere decir que El Che Guevara y Pablo Milanés hoy son abuelos de la misma niña: Camila Guevara Milanés. Pablo Milanés estuvo en las UMAP. Acabo de ver un excelente documental de Juan Pin Vilar donde Pablo aborda el tema, se lo recomiendo. Pablo, por fin ha decidido desahogarse, contarlo. Alguien diserta sobre Ochoa en Angola, Nicaragua. Juan Pin Vilar, mi amigo el documentalista, tiene una hija: Lilia Lucía Vilar Ochoa, nieta del general, ella nació después del fusilamiento, no pudo conocerlo, yo la veo corriendo por el barrio con su pelo azul.
Lidiamos a ciegas con la historia, así pasé estos 45 años, vivo entre asaltantes, asaltados, artistas, intelectuales, militares y el fantasma de los fusilados. Sufrimos esa fusión de culpas y vítores, la política doméstica invade la secreta leyenda que debe desentrañar el archivo histórico. ¿Será entonces ya demasiado tarde?
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