Una exposición celebra a Debbie Harry, la estrella de Blondie

Cuando Martyn Goddard (Ayslebury, Inglaterra, 1951) fotografió al grupo Blondie en Nueva York, en 1978, su bagaje ya acumulaba buena parte de los grupos y cantantes del pop y del rock británico, Queen, Jethro Tull, Genesis, Elton John, Brian Ferry y, como gran aval, las fotografías que acababa de hacer a un nuevo grupo, The Jam, para su primer álbum, titulado In the City, una banda que desembarcaba en medio del ruido y la furia de la explosión punk. La portada del álbum con los tres miembros rememorando la estética mod sobre un fondo de azulejos blancos, y el nombre del grupo escrito en la pared con aerosol fija ese renacimiento musical y estético que sería largamente imitado en la imaginería pop. La iconografía juvenil ya tenía otro modelo que reivindicaban rebeldía y elegancia.

En la primavera de 1978, Goddard viajó hasta Nueva York para fotografiar por primera vez a Blondie y a su cantante, Deborah Harry (Miami, 1945), una joven que destacaba por su estilo y su figura sexy en la escena underground del punk neoyorquino. El flechazo gráfico ente el fotógrafo británico y la cantante fue inmediato. Durante una semana siguió al grupo, registrando su actuación en el Palladium de Nueva York y un concierto en la ciudad de Filadelfia, donde actuaron como teloneros de Alice Cooper. Del primer encuentro quedó una portada de la cantante para el Telegraph Sunday Magazine en su número de agosto de 1978. Un primer plano de la cantante donde sobresalían sus labios de rojo carmín y sus ojos sombreados como una antigua estrella de Hollywood. Como escribió el periodista George Feifer en el perfil que escribió en la revista, Deborah Harry representaba "esa combinación de punk chic y seducción", señalándola como la figura del renacimiento del power pop".

A lo largo de casi cuatro décadas Goddard ha mantenido este amor gráfico con Deborah Harry reflejado en exposiciones y libros. Ahora, una exposición en la Snap Galleries, un espacio londinense especializado en la fotografía de las figuras del universo del pop y del rock, reúne, hasta el 24 de septiembre, esos primeros y decisivos encuentros entre ambos. Goddard sería testigo de la grabación del tercer álbum, Parallel Lines, el disco que catapultó al grupo a las listas de éxitos de todo el mundo y fue recibido con censuras desde los sectores más puristas, que lo veían como una claudicación de los postulados musicales que la formación había mantenido hasta entonces. "Fui contratado por la discográfica Chrysalis para fotografiar las sesiones de grabación de Parallel Lines, en los estudios Record Plant, de Nueva York", recordó Goddard en la presentación de la muestra gráfica.

Enfrentado a las dificultades técnicas de toda producción fotográfica, Goddard vivió también la tensión que se registró en la grabación del álbum. “Había dos fuerzas en conflicto, por un lado, Deborah Harry y el grupo, defendiendo su patrimonio punk, que suponía una actitud y una manera de hacer, y por otro lado, un productor como Mark Chapman, que buscaba la máxima perfección". El resultado final: millones de discos vendidos y canciones destinadas a ser clásicos: Heart of Glass, Hanging on the Telephone, Sunday Girl...

Aunque Goddard no firmaría finalmente la imagen de la controvertida portada de Parallel Lines —una fotografía suya serviría para una edición especial—, sus fotografías acabaron señalando, sin duda, el de momento de eclosión del grupo y de su cantante como icono de la escena post-punk. Había nacido una estrella, una mezcla de rockstar y Brigitte Bardot.

'Picture This: Blondie by Martyn Goddard'. Snap Galleries. Del 16 de agosto al 24 de septiembre. 2016. Londres.