La venta del yate del Rey financiará la restauración de las murallas de Ibiza

La venta del yate Fortuna, antigua embarcación de veraneo del rey Juan Carlos I, permitirá al Ayuntamiento de Ibiza mejorar la conservación de las murallas de Dalt Vila. El entorno amurallado del casco viejo de la ciudad, que data del siglo XVI, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 al ser considerado como la fortaleza costera mejor conservada del Mediterráneo. Ahora, el Consistorio y la Fundación Turística y Cultural de las islas (Fundatur) han firmado un convenio de colaboración por valor de 1,2 millones de euros que permitirá la preservación de las murallas con su limpieza, reparación y la restitución de los elementos dañados.

La Fundación Turística y Cultural, que es la encargada de gestionar el dinero procedente de la venta del barco, aportará 800.000 euros que saldrán de una bolsa creada para que los 2,2 millones de euros obtenidos tras desprenderse del Fortuna se destinen a financiar proyectos culturales de las islas. Este organismo fue constituida por un grupo de empresarios baleares con el objetivo de recaudar el capital necesario para la compra de la embarcación y su entrega como regalo al entonces Rey. Cuando el Monarca anunció que dejaría de utilizar el yate, los patronos pidieron a Patrimonio Nacional la devolución del barco, que finalmente fue vendido en 2014 a la naviera Balearia por 2,2 millones.

La idea de que Fundatur aporte parte de este capital para el proyecto de conservación de las murallas partió del Ayuntamiento de Ibiza, que se puso en contacto con la presidenta de la entidad, Carmen Matutes, para que financiara un proyecto que tenía un presupuesto elevado para ser asumido en solitario por el consistorio. "Cuando el Ayuntamiento me hizo la petición, enseguida la trasladé al patronato y fue muy bien acogida", ha explicado Matutes, que se ha mostrado "orgullosa" de participar en el proyecto.

Para Rafael Ruiz, alcalde de Ibiza (PSOE), el acuerdo permite dar "un salto de calidad" a la ciudad, que pondrá "en estado de revista" las murallas, uno de los elementos más representativos de Vila, al que se suman el poblado fenicio de Sa Caleta y la necrópolis de Puig des Molins, también preservadas por la Unesco.

Las murallas son el principal bien cultural de la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y, en palabras del alcalde, su estado general "es bueno, a pesar de que padece las patologías características de este tipo de monumentos". Por eso, las medidas de conservación se centrarán en la limpieza y en reparar problemas surgidos por el paso del tiempo. Hay previstas actuaciones para erradicar la vegetación que ha crecido en ciertas áreas, eliminar las pintadas y los daños en la superficie y restituir elementos que han sufrido la erosión, como piedras o morteros.

Las tareas también pasan por la limpieza de los hongos que han crecido en las partes más sombrías, a las que apenas llega el sol, la reparación de las fisuras y el mantenimiento de las señales y los elementos museográficos que hay alrededor. El Ayuntamiento tiene un año de plazo para sacar a concurso las obras del proyecto redactado por el arquitecto Toni Marí, con un plazo máximo de dos años para finalizar los trabajos.