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El personal método interpretativo de Russell Crowe

Se proyecta en Cannes el ‘thriller’ cómico ‘Dos buenos tipos’, con el actor neozelandés y Ryan Gosling

GREGORIO BELINCHÓN (ENVIADO ESPECIAL)

“Para interpretar uso el método Russell Crowe. Nunca fui a una escuela de interpretación. Voy al corazón del personaje. No tengo ni idea de qué va el método Stanislavski ni quiero saberlo. Por favor, si eres un actor, debes saber trabajar tú solito. Si sigo un consejo, es el que decía [Laurence] Olivier: ‘Sé puntual, apréndete los diálogos y no choques con los muebles”. Russell Crowe tiene muy clara su forma de trabajar, y no pasa por tortuosos caminos ni alocadas investigaciones. Y eso le va bien a una película tan alocada como Dos buenos tipos, de Shane Black, un cineasta del que hubo un tiempo en que se esperaban grandes cosas. El filme, definido por su director como “un thriller cómico”, está protagonizado por una alocada pareja, un detective muy patoso (Ryan Gosling) y un matón a sueldo (Crowe asegura que su personaje es un “coleccionista de muertos con aspiraciones”), que buscan a una chica que quiere revelar los peores secretos de su madre, una policía corrupta (Kim Basinger), en la California de los setenta. Podría acercarse a Puro vicio sino fuera porque en realidad, con tanto personaje tonto y perdido, se desarrolla más cercana a El gran Lebowski. Dos buenos tipos se presenta fuera de competición en la sección Oficial de Cannes, antes de su estreno, que en España será el 27 de mayo.

Y poco han contado en la rueda de prensa Crowe, Gosling, el otrora rey de Hollywood Joel Silver, el director Shane Black y otro de los miembros del reparto, Matt Bomer —que para su papel, que aparece al final, dijo haberse inspirado en el personaje de Christopher Walken en Panorama para matar, ahí queda eso—. Su comparecencia se ha convertido en un partido de tenis del humor entre Gosling y Crowe, quien por cierto ha agradecido “mucho”, y sonaba sincero, la comparación entre ellos y Bud Spencer y Terence Hill. Aunque a la hora de encarar una secuela, siempre en tono de broma, Gosling ha preguntado que de “cuánto dinero” se hablaba, y Crowe ha replicado: “Estoy muy ocupado”, antes de que el director les parara los pies: “Yo pensaba más en un cambio de reparto”.

Más en serio, Black habló de la calidad del guion, y la importancia de la relación entre los personajes, de que sus dos actores son cómicos muy físicos, de que el proyecto rozó convertirse en serie para televisión, un concepto que el cineasta aborreció; sobre las posibilidades que le abrió situar la acción en los setenta. Poco más, porque Crowe solo aportó que “para Shane, el guion es un mapa pero no se sigue a rajatabla y nos dejó explorar”. Cuando alguien les preguntó sobre las posibilidades de que hicieran una de superhéroes, Crowe respondió: “Seríamos Fatman y Ribbon”, jugando con el sonido cercano a Batman y Robin y de “gordo” y “cinta”, y remarcando la gloriosa tripa, su innegable orondez. Dicho lo cual, se fueron con los chistes a otra parte.

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Sobre la firma

GREGORIO BELINCHÓN (ENVIADO ESPECIAL)
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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