El rugido con mesura de Getxo
McEnroe celebra sus 15 años con un concierto al lado de unos cuantos amigos
Un día te levantas y casi desde la cama, ves los cerros bajos y los enormes valles de la sierra de Pelas, erizales en las cimas de las Tierras del Burgo, en Soria. Al día siguiente, la ventana de algún hotel da a una calle de Madrid, invadida por el pitido de los semáforos en verde y el traqueteo individual de quienes los cruzan. Esa es la vida de Ricardo Lezón (Zaragoza, 1969), cantante y casi siempre compositor de McEnroe (y de Viento Smith), la banda de Getxo que ya tiene la niña bonita a sus espaldas.
Fue el 9 de mayo de 2015 en el madrileño Ocho y medio cuando presentaron Rugen las flores (Subterfuge), el último de sus discos. Dijeron en aquel momento que aquel sonido tiraba más al rock que a cualquier otra cosa, desde entonces las escuchas y los directos de esas 11 canciones han levantado opiniones dispares, y casi todas positivas. Ahora, casi un año después, cumplen 15 años rodeados de amigos en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid este jueves 5 de mayo.
Más que una celebración, que también, es un encuentro y un reencuentro, entre ellos, que llevan viviendo separados toda la vida de la banda, “vernos muy poco y aprovechar mucho lo poco que nos vemos”, apunta Lezón; y con Abel Hernández, Pablo Jaén, Soledad Vélez, Ramón Rodríguez y David Cordero. ¿Y quiénes son Abel Hernández, Pablo Jaén, Soledad Vélez, Ramón Rodríguez y David Cordero?
Lo que Lezón cuenta de ellos…
Pablo. “Es sobre todo un amigo, y nos ayudó mucho desde el principio. Actualmente es la guitarra y voz del grupo Gringo. Ha tocado y grabado con nosotros todo tipo de instrumentos, desde bajos hasta still guitar. Nos hace mucha ilusión que vuelva a subirse con nosotros a un escenario. Un lujo”.
Abel. “Fue el productor de Tú Nunca Morirás, un disco clave para nosotros. Le admirábamos antes y después de hacer el disco le admiramos mas. Nos enseño muchísimo, a quitarnos miedos, a lanzarnos, y fue un placer trabajar con él”.
Sole. “La conocimos recién llegada a España, su primera gira, por Andalucía, la hizo con nosotros. El recuerdo de aquella gira es imborrable y la amistad que quedó entre nosotros igual. Nos apetecía mucho hacer algo con ella y esta es una ocasión perfecta”.
Ramón. “De The New Raemon. Nos conocimos hace unos años en Elche y allí comenzamos a hablar. Tenemos mucha afinidad con su música y de hecho estamos preparando un disco en colaboración. Él nos invitó a nosotros, y a nosotros nos hace mucha ilusión que quiera estar con nosotros ahora”.
David. “Es el alma de Úrsula y compañero de Ricardo en Viento Smith, es casi un miembro mas de la familia McEnroe. Nos ha remezclado canciones, producido otras, tocado la batería con nosotros y acompañado y apoyado siempre. Además nos dirige, y nos da mucha calma”.
Calma es quizás uno de los adjetivos más ajustados para cada uno de los miembros de esta banda, para la banda. Lezón, que nunca se ha adaptado a ninguna de las ciudades que ha pisado, que siempre ha cogido la guitarra cuando la guitarra lo ha llamado y que cada mañana se levanta en medio del paraje soriano sintiendo que está donde debe estar: “Todo es muy intuitivo y muy impulsivo, sabemos cuándo prende la chispa… como si estuviésemos durmiendo y nos despertásemos”.
Así ha ocurrido con cada disco, y un poco más con Rugen las flores. Llevaban tres años sin disco, desde Las Orillas (Subterfuge, 2012): “Nos quedamos parados en un impasse, no sabíamos para dónde iba nada, esto fue un impulso muy fuerte, tener las canciones y cerrar fecha de grabación sin tenerlo ni terminado. Y funcionó”. Tal vez funcionara porque fue de verdad algo que “salió”. La electricidad, la número 6 del disco, apareció mientras Lezón miraba por la ventana de su casa en Marbella y cuando el disco ya estaba cerrado, en 15 minutos. “Puede que fuese un jueves de finales de febrero o principios de marzo, era de día, allí los días son muy brillantes… La envié al grupo por el móvil y entró, sin más”. Dice Lezón que saben muy rápido lo que quieren, y lo que no, si la canción araña, no lo piensan más. A veces, hay que coger lo que entra por la ventana, “sin vueltas, sin más”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.