“Me gustaría tener alma de poeta”
Han sido cinco años de silencio, pero el cantautor vuelve con fuerza y por partida doble
Pedro Guerra se mueve en todos los terrenos. Pasa de la reivindicación a la introspección tan rápidamente como cambia de canción un disco suyo en un reproductor de CD. Habrá quién lo haya olvidado en los cinco años que ha durado el silencio musical del artista. Lustro que ahora resarce con doble satisfacción para sus seguidores. Dos trabajos con poco en común. "Arde Estocolmo es un disco mío, y 14 de ciento volando de 14 es un LP de productor. Soy yo el que interpreta la música y el que la ha compuesto, pero los temas los cantan otros", señala el cantautor. Guerra ha musicalizado los sonetos que Joaquín Sabina recopila en el libro Ciento volando de catorce.
Si reaparecer con dos discos debajo del brazo era una idea arriesgada, al músico no se lo parece. "Empecé a trabajar en los dos proyectos a la vez, y una vez que estaban concluidos pensé que lo mejor era que salieran también de forma conjunta. Así podía, incluso, defenderlos simultáneamente", apostilla. Entre ellos hay un abismo.
Arde Estocolmo evoca fuerza, revolución. Aunque sea bastante más. "Nunca hago discos temáticos. Hago canciones sociales y políticas, pero también que indaguen en la condición humana, en las relaciones personales. Son un intento por entenderme a mí mismo", relata. Eligió que el disco se llamara así porque era el título más sugerentes de entre todas las canciones. "Es una metáfora sobre el mundo en el que vivimos, sobre las apariencias. Un titular de unos disturbios en la periferia de Estocolmo, me llevó a reflexionar sobre democracias avanzadas. Las democracias han mandado limpiar los salones, pero se han olvidado de mover los sofás para limpiar debajo".
Esa concepción la traslada a España. "Nuestra transición democrática, que era aparentemente ideal, si indagas un poco te das cuenta de que muchas cosas no se hicieron como se tenían que hacer". Con esta reflexión llega a una clara conclusión. No hay que confiar en lo ideal, en lo que nos dibujan porque si movemos el sofá, siempre va a haber muchas cosas que barrer".
14 de ciento volando de 14 es pura poesía. La de Sabina con voces de, entre otros, Ana Belén, Victor Manuel, Pablo Milanés o Miguel Poveda. Con este último artista se estrenó musicalizando sonetos. Gran parte de los temas de Sonetos y poemas para la libertad, el último disco de Poveda, son versos de Luis García Montero convertidos en canciones por Pedro Guerra. Por ese trabajo le cogió el truco a trabajar con sonetos, y se le ocurrió homenajear a Sabina. "Pensé que podía ser un trabajo bonito, y me embarqué en él", narra.
En su música y en su vida, la poesía está omnipresente. "He escrito muy poca, pero soy un lector compulsivo de ella", confiesa. "La poesía ha formado parte importante en las herramientas que he utilizado en mi formación como compositor. No sé si la tengo, pero me gustaría tener alma de poeta".
Pese a que ha traspasado una larga etapa lejos del candelero, hasta llegar a estos dos nuevos hijos, no ha dejado de aprender, de madurar. De construir música tal y como es él, tranquilo y artesanal. "He descubierto la comodidad de trabajar solo. Voy un poco a mi ritmo, he rescatado instrumentos y he aprendido a desarrollar su potencial Si es para bien o para mal, ya lo decidirá la gente cuando lo escuche, pero en el ámbito personal he sentido una realización muy grande como músico en esta forma de trabajo, en tener la posibilidad de empezar a trabajar y que los discos estén cuando toque. He disfrutado mucho, he aprendido mucho y creo que he crecido mucho".
Babelia
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