El arte de Pinault tendrá museo en París
El empresario de firmas de lujo abrirá el centro en la antigua bolsa
A quinientos metros del Museo del Louvre se ubicará, dentro de poco más de dos años, un nuevo museo parisino. Todavía no tiene nombre, pero el acuerdo entre el millonario francés François Pinault y el Ayuntamiento de la capital ya está rubricado. La ciudad-museo que es la capital francesa suma un nuevo tributo privado al arte. En 2014 abrió sus puertas el museo de Louis Vuitton, del empresario Bernard Arnauld. Cuatro años más tarde lo hará este nuevo museo de arte contemporáneo en un edificio de excepción en pleno centro: la Bolsa del Comercio, junto a Les Halles.
François Pinault tiró la toalla hace once años. Su proyecto de exhibir su colección en Francia, en las afueras de París, fue un estrepitoso fracaso a causa de los problemas administrativos y las protestas vecinales. Exilió su colección y su mecenazgo a Venecia, al Palazzo Grassi, adquirido para ello. Una década después el empresario francés retoma su viejo proyecto con una sede mucho más céntrica y un gobierno municipal que, en palabras de Pinault, ha trabajado con determinación para favorecer este proyecto y enriquecer la vida cultural y artística de París.
Rivales del lujo y el arte
La rivalidad entre Bernard Arnault y François Pinault es un asunto público en Francia. Ambos son empresarios y multimillonarios. Los dos son franceses y deben sus gigantescas fortunas a la industria del lujo. Ambos, también, han apostado paralelamente a sus negocios por el arte.
Arnault, propietario del conglomerado Louis Vuitton, ganó la partida como mecenas en su propio país al abrir en octubre de 2014 la Fundación Louis Vuitton en el magnífico edificio diseñado por Frank Gehry en el Bois de Boulogne, en París.
En el terreno del arte, esa supuesta rivalidad entre ambos ha dado un fructífero resultado para la ciudad de París. El museo de arte contemporáneo de Pinault es un nuevo y “excepcional regalo”, dice la alcaldesa Anne Hidalgo, para esta bella ciudad que cuenta ya con una enorme oferta museística.
En noviembre de 2018, “si todo va bien”, como dice un responsable del Ayuntamiento de París, abrirá sus puertas el nuevo museo en la sede de la hoy Bolsa del Comercio, un edificio del siglo XVIII que sirvió de lonja de grano en su primera etapa y que ofrece casi 12.000 metros cuadrados para las exposiciones de la Fundación Pinault y los actos culturales que esta organice. El propio Pinault ha presentado el proyecto esta mañana de miércoles en el Ayuntamiento de la capital junto a la alcaldesa, Anne Hidalgo, y su hijo François-Henri Pinault, presidente de Kering, el conglomerado de lujo que concentra marcas como Saint Laurent, Balenciaga, Gucci, Bottega Veneta o Alexander McQueen.
La colección Pinault concentra más de 3.500 obras en las que figuran nombres como Maurizio Cattelan, Marlene Dumas, Dan Flavin, Douglas Gordon, Subodh Gupta, Damien Hirst, Jeff Koons, Bertrand Lavier, Paul McCarthy, Takashi Murakami, Richard Prince o Yan Pei-Ming. El trasvase de obras entre el Palazzo Grassi (al que se ha añadido el edificio Punta della Dogana) y París promete ser agitado. La dirección de ambos lugares será la misma y estará a cargo de Martin Bethenod, que hoy gestiona el museo del palacete veneciano. No está en cuestión la riqueza de los fondos venecianos. “Habrá una relación dinámica entre ambos lugares”, asegura el empresario, que planea establecer una red internacional por la que circulen las obras de su vasta colección, constantemente renovada como corresponde a su calidad de fondos de arte contemporáneo. El museo parisino acogerá actividades culturales de música, teatro, literatura y cine al igual que ya se hace en la sede veneciana de Punta della Dogana. Dispondrá también de un auditorio.
El Ayuntamiento de París se encargará de desalojar el edificio. Hidalgo ha calculado el coste de la operación en 21 millones de euros para las arcas municipales para poder quedarse con él y facilitar una nueva sede a la Cámara de Comercio. Hidalgo ha dicho sentirse orgullosa de una operación que asegura haber apoyado desde siempre. “Yo sabía no podía dejar escapar esta colección”, ha añadido. La Fundación Pinault se hace cargo de la restauración y la puesta a punto del edificio histórico. Ha encargado el proyecto arquitectónico al japonés Tadao Ando, premio Pritzker, que también se hizo cargo del malogrado plan de la Isla Seguin a las afueras de París. El coste de la operación, según Le Figaro, se elevaría a otros 80 millones que afrontaría la firma privada.
Babelia
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