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CRÍTICA | CANTINFLAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El cómico del pueblo

Hay películas que nacen viejas antes de empezar. Por su concepto, por su esencia. Como este filme sobre la vida de Mario Moreno

Javier Ocaña
Óscar Jaenada, en 'Cantinflas'.
Óscar Jaenada, en 'Cantinflas'.

Hay películas que nacen viejas antes de empezar. Por su concepto, por su esencia. Cantinflas, recreación de la existencia de Mario Moreno, el cómico más importante de la historia del cine mexicano, se empeña en asentar la película en un (presunto) gran triunfo: el de La vuelta al mundo en 80 días, producción estadounidense de United Artists dirigida por Michael Anderson, que tuvo a Cantinflas como gran secundario, y que llegó a ganar el Oscar y el Globo de Oro a la mejor película del año 1956. Y hasta allí dirige todos sus resortes, su estructura, su clímax, su (de nuevo presunta) gloria. Pero, por mucha nostalgia que ponga de su parte la película, La vuelta al mundo en 80 días es uno de los paradigmas del cine añejo, de las concepciones equivocadas, uno de los peores premios de la historia de los Oscar. Es el primer gran error de Cantinflas, pero no por ello el único.

CANTINFLAS

Dirección: Sebastián del Amo.

Intérpretes: Óscar Jaenada, Michael Imperioli, Ana Layevska, Ilse Salas, Luis G. Méndez.

Género: comedia. México, 2014.

Duración: 106 minutos.

Dos líneas argumentales se van presentando, en paralelo, en esta producción mexicana de Sebastián del Amo, protagonizada sorprendentemente por un español, Óscar Jaenada, que vuelve a demostrar su capacidad para la mímesis (Camarón, en la memoria): la primera presenta al productor Mike Todd y sus laboriosos esfuerzos por llevar a cabo la adaptación de la novela de Julio Verne; la segunda, las habituales semblanzas, entrecortadas y tópicas, superficiales y poco punzantes, de la carrera, los amores y el ideario laboral y social de Mario Moreno, que aunque no lleguen a alcanzar el calificativo de hagiográficas nunca quieren meter el dedo en la llaga, pasando muy por encima de los devaneos con el sexo de don Mario, y de algunos de los problemas con sus primeros compañeros de trabajo. Es decir, una narración rancia acompañada de un simple bosquejo de la figura de un gran cómico del cine popular.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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