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CINE ESPAÑOL: LOS CLÁSICOS
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Toda España es una comedia

El veterano director Fernando Colomo, que triunfó con su primera película, ‘Tigres de papel’, se destapa ahora como actor revelación

El director de cine Fernando Colomo, la semana pasada.
El director de cine Fernando Colomo, la semana pasada.Samuel Sánchez

Cuando era un muchacho de 31 años, se le recuerda con el guion de una película bajo el brazo proclamando que había ganado un millón de pesetas como arquitecto y que con ese dinero la iba a rodar. Y así lo hizo. En 1977 se estrenó su primer largometraje, Tigres de papel, con tanto éxito que los críticos la acuñaron como modelo de la “nueva comedia madrileña”, sambenito que ha acompañado el trabajo de Fernando Colomo a lo largo de su prolífica carrera como director, productor y guionista, en el cine y en la tele. Ahora, a sus 70 años, le hace gracia el calificativo. “En realidad, yo he hecho muy pocas comedias, y madrileñas aún menos. Podría haberse etiquetado como una película de la Escuela de Quintana porque en esa calle tenía yo un despacho con otros arquitectos en el que se colaban amigos del cine para hacer cortos. Era un sitio de reunión, incluso en un momento dado de una célula de la Organización Revolucionaria de Trabajadores...”.

El cine crea adicción, dice: “Yo entonces solo quería hacer una película, pero al cabo de unos meses estaba haciendo la segunda. Un director en paro es un tipo raro, como un drogadicto al que no le ha llegado la dosis…”. Y desde entonces rodó prácticamente una película por año: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?, La mano negra, Estoy en crisis, La línea del cielo, La vida alegre, Bajarse al moro, Rosa Rosae, Alegre ma non troppo, Los años bárbaros, Al sur de Granada… Muchas de gran éxito, además de dirigir series de televisión, como Chicas de hoy en día o de producir películas de Fernando Trueba, Mariano Barroso, Icíar Bollaín, y de tantos otros, y también de hacer publicidad y escribir varios guiones que no llegaron a buen puerto. “Ahora hago solo una película cada tres años, más o menos. Es más complicado que antes y son más caras de hacer, aunque lo realmente caro es conseguir estrenarla. Para darla a conocer hay que invertir un dinero importante que, con frecuencia, supone un riesgo aún mayor que el de la propia película. Me pasó con La banda Picasso… El 90% de las películas no tienen espectadores, incluso las gordas americanas. El fenómeno de las salas vacías es muy curioso. Para el espectador, esta situación del cine es la peor, porque antes las películas aguantaban en cartel tanto tiempo que acababas viéndolas aunque no te apeteciera. Ahora pasa lo contrario y las quitan de cartel enseguida”.

“Algunas películas tienen subvención, por lo que la gente cree que con ella la pagas toda”. Pero la realidad no es así. El propio Colomo ha tenido muchos éxitos pero también grandes reveses. Ha invertido los beneficios en nuevas producciones y ha sufrido la decepción de algún coproductor que le defraudó. “No solo tuve que hipotecar mi casa, sino también que venderla. No tengo un duro y debemos bastante dinero. Pero ya pegaremos… Es bien sabido que al final siempre acabas arruinado. Las productoras siempre se arruinan”.

Su última película, Isla bonita, ha sido rodada con un coste bajísimo: “La hemos hecho sin cobrar, en aportación, aunque, claro, ese no es un sistema de hacer. Pero, al menos, no haber tenido que pagar me parece la leche... Finalmente, acabaremos cobrando aunque no todo. Ahora bien, si cobramos la mitad nos daremos por satisfechos”. Y aunque sin dinero para hacer una buena promoción, Isla bonita ha tenido una acogida que él no esperaba. “Incluso he recibido el premio San Jordi, que ya me habían dado con Tigres de papel. Y ha sido invitada en Estonia, Miami, la India…Para promocionarla estoy recorriendo media España, como el teatro, yendo de plaza en plaza…”.

Homenajes

En esta película Colomo interpreta el personaje principal. Por dicha actuación fue nominado como actor revelación en los últimos premios Goya. Y tiene gracia que al mismo tiempo siguiera recibiendo homenajes como figura veterana del cine español; fuera revelación por un lado y experto por otro: “No había hecho nunca un protagonista, solo sesiones sueltas en películas de amigos, hasta el punto de que en un solo día intervine en dos películas distintas. Tras Isla bonita me han mandado algún guion ofreciéndome un papel y hasta una obra de teatro, pero en teatro no pienso”. En lo que piensa es en el guion que Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano están escribiendo para él, y en prepararse para el rodaje. “Si dejas de hacer cosas tienes la sensación de que te mueres”.

Hace algo más de 10 años le pregunté qué tal veía la situación que se vivía en España como fuente de inspiración para su cine y respondió sin dudarlo: “España en este momento es una gran comedia”, a lo que hoy agrega: “Una comedia, sí, pero dramática. Lo único importante ahora es tener dinero sin importar de dónde venga. ¿Qué ha pasado en este país para que ese sea el único valor? ¿por qué la persona que es honrada es considerada un pobre hombre? Nada que ver todo esto con los ideales que nos enseñaron de pequeños, solidaridad, amistad y hasta democracia; ahora son otros los valores porque aquellos se han perdido”. Y le es inevitable referirse al cine: “Berlanga, en sus películas, siempre hablaba de la corrupción, en Plácido de una corrupción provinciana y en La escopeta nacional, de otra estructural; acabó prácticamente su carrera con Todos a la cárcel, es decir, no contando la verdad oficial, sino las pequeñas o grandes mezquindades de los poderosos. A mí, por ejemplo, no me apetece contar lo que ya se sabe sobre tal o cual personaje que ha aparecido en los periódicos, sino entenderlo como la punta de un iceberg, una fuente inagotable de comedias”. Y concluye: “Habría que ser muy optimista para poder hacer tragedias, pero como no soy nada optimista en este momento, no me queda otra solución que hacer comedias”.

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