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Nuevos rapsodas de la épica de Homero

La Joven Compañía aborda los cantos guerreros y poéticos de la 'Iliada' y la 'Odisea', en versión de Guillem Clua y Alberto Conejero

Rocío García
Ensayo de La Joven Compañía para el 'Proyecto Homero'.
Ensayo de La Joven Compañía para el 'Proyecto Homero'. PAUL RODRÍGUEZ

Cuerpos sudados, enérgicos, poderosos. Lo que se respira en esa madriguera casi clandestina en un barrio periférico de Madrid es un disfrute total. En esa nave de altísimos y fríos techos se desprende un estado cercano a la felicidad. En la calle hace mucho frío, pero dentro sobra hasta el calefactor. Se está rodeado de guerreros y dioses, de seductoras ninfas, de esa mujer, Helena, partida en dos por el amor, y otras, como Penélope, que ha vigilado durante años las nubes y el vuelo de los pájaros, la forma de las olas, intentando encontrar alguna señal que anunciase el regreso de su esposo de la guerra.

La Joven Compañía da el salto definitivo en su andadura quijotesca para enfrentarse a los cantos más heroicos y poéticos de Homero. Han dejado a un lado los artificios, tan necesarios hasta ahora, y se enfrentan como colectivo a obras cumbre de la literatura universal, dos historias épicas que nos trasladan al origen de Europa. 15 actores, de entre 18 y 25 años, abordan la Iliada y la Odisea, en la versión de dos jóvenes y ya consolidados autores contemporáneos, Guillem Clua y Alberto Conejero. Es el Proyecto Homero, que se estrenará en Madrid, en el Centro Cultural Conde Duque, el próximo día 5 de abril, con las entradas prácticamente vendidas en todas las sesiones matinales y vespertinas de jueves a sábados, para luego salir de gira. Con este séptimo montaje teatral desde su creación en 2012, primero de un clásico griego, los integrantes de la Joven Compañía se convierten en los nuevos rapsodas de la guerra de Troya, los amores prohibidos de Paris y Helena, la ira de Aquiles o los sueños de Agamenón, del viaje del náufrago Ulises a Ítaca, donde le aguarda Penélope que, tras 20 años de espera, no sabe si es viuda o esposa, si está viva o muerta, y su hijo, Telémaco, que busca desesperado un lugar en la historia.

La guerra atroz que narra la Ilíada, en un paisaje dominado por dioses y héroes, da paso en la Odisea a la celebración del ser humano que busca olvidar esa guerra y celebrar la vida. La épica de Homero se ha trasladado a ese escenario y ha impregnado no solo a los entusiastas intérpretes, sino a todos los que por allí tienen la suerte de caer. Su director, José Luis Arellano, acepta con ilusión y miedo este gran reto que aborda la compañía que creó junto a David Peralto.

“Es un salto ambicioso desde el punto de vista dramatúrgico pero también personal. Nos encontramos ante unas obras que están en el origen de nuestra propia historia como seres humanos y como europeos. Es importante escarbar y escuchar la voz de la poesía en medio de tanta violencia. Los cantos de Homero nos sirven para reflexionar juntos sobre quienes somos en esta Europa que no admite emigrantes, que es belicosa, pero que al mismo tiempo parece que busca su propia Ítaca personal. Me emociona poder escuchar las palabras de Homero a través de la poética de Conejero y Clua, me emociona pensar que los jóvenes de esta compañía van a compartir con otros miles de jóvenes que van a venir a las funciones, las peripecias de quiénes son, de quiénes somos, les van a poder contar que más allá de su mundo hay unas nieves que se deshacen, que detrás de tantos odios hay un montón de luces que existen en el alma", explica un entusiasmado Arellano, convencido de que, a pesar de que se dejarán cosas en el tintero de estas dos obras inabarcables, los actores manejan muchos dolores y circunstancias para enfrentarse con honestidad a este viaje de aventuras poblado de mitos.

Ensayo de La Joven Compañía.
Ensayo de La Joven Compañía.PAUL RODRÍGUEZ

"¿Hay algo que nos une a esa épica escrita hace más de 3.000 años?". Clua se planteó esta pregunta cuando le encargaron la versión de la Ilíada, que aceptó enseguida, aún a sabiendas que se enfrentaba a una locura, él que es un autor de textos contemporáneos. "Es una obra de una magnitud enorme, no solo por la extensión, sino por la importancia de estos cantos de Homero en cuanto a la identidad y cultura como sociedad occidental”. La respuesta a la pregunta le llegó de inmediato: "El horror de la guerra ha cambiado poco. Los versos de Homero sobre las pasiones humanas son completamente identificables". Clua, colaborador desde un principio en la andadura de la compañía, no ha querido que la emoción y la pasión de la Ilíada fueran la única conexión con los jóvenes y, más allá de esa espada de Aquiles que atraviesa el corazón de Héctor, más allá de hacer bajar a los dioses del Olimpo para que pisen el fango de la guerra, ha rastreado en las muertes y venganzas para encontrar las motivaciones políticas a tanto desastre.

Y si la Ilíada está poblada de horror, la Odisea es un vuelo plagado de aventuras y poesía. Es lo que ha combinado Alberto Conejero en la escritura de la versión del viaje a Ítaca de Ulises, en su primera colaboración con La Joven Compañía. “Es un texto infinito que leí durante mi juventud. Cuando me lo ofrecieron, pensé que iba a naufragar como Ulises, pero en la relectura me encontré con la contemporaneidad de Homero, el sentido de no temer el viaje, de no temer lanzarse a la aventura. Hoy, con todos los jóvenes atenazados por un futuro incierto, esos monstruos amenazantes que les salen también por el camino, es importante resaltar la valentía del viaje”, explica el autor de La piedra oscura, que en este viaje homérico le ha dado un protagonismo especial a Telémaco, el hijo de Ulises. “La Odisea es, ante todo, un libro de aventuras pero no he querido perder el lenguaje poético, porque la poesía es algo que no debemos regatear a los jóvenes".

Homero será esta vez el espejo de una compañía que nació como un proyecto utópico, pero que ha hallado su Ítaca particular en esas salas llenas de gente joven que va encontrando en el teatro, como dice Arellano, un ocio más allá del vino y la cerveza.

Una aventura pedagógica y poética

-La Joven Compañía nace en 2012, impulsada por David Peralto, director artístico, y José Luis Arellano, responsable de escena.
-Su objetivo fue el de arrastrar y entusiasmar a los jóvenes por el teatro, siguiendo el ejemplo del National Youth Theatre, de Londres.
- Es un proyecto que une la pedagogía y la cultura, en el que están implicados profesores de literatura e institutos.
-Unos 50 jóvenes, entre los 18 y los 26 años, forman parte de la compañía.
-Representan más de 100 funciones al año por toda España, con 28.000 espectadores el último año.
-La programación, con unas dos o tres obras por temporada, ha combinado montajes clásicos y piezas de autores contemporáneos, tanto extranjeros como nacionales.

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