Guía para disfrutar aún más del Concierto de Año Nuevo
Qué se escuchará, dónde, cuándo, cómo y por qué de esta gran cita con la música clásica
El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena simplemente hay que verlo. Ya sea viajando hasta la capital austriaca o retransmitido por La 1 de TVE es –y siempre será– algo muy especial. Su fórmula es magistral. Una de las mejores orquestas del mundo, uno de los mejores directores del momento y la música de los Strauss como denominador común. Una propuesta infalible. En este artículo se incluyen respuestas a muchas de las preguntas por si decide trascender este año su mera visualización matutina tras los rigores de la Nochevieja y ahondar un poco más en sus particularidades. Quizá incluso se anime a dar el salto de viajar hasta Viena para asistir en persona en 2017. Una opción altamente recomendable, pues la música clásica –aunque suene a tópico– puede llegar a cambiar su vida.
¿Por qué en Viena?
El principal Concierto de Año Nuevo siempre se celebra en la capital austriaca. No por casualidad, Viena es considerada desde hace siglos la capital musical de Europa. Allí han vivido y trabajado muchos de los principales compositores desde el siglo XVIII, como Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms, Bruckner, Mahler o Schoenberg. Casi se podría escribir toda la historia de la música de los últimos 300 años sin abandonar sus calles. También por ser centro neurálgico del vals y de la opereta que representa la familia Strauss y, de forma especial, Johann Strauss hijo, el gran protagonista del Concierto de Año Nuevo.
El concierto más famoso del primero de enero surgió paradójicamente un 31 de diciembre. Fue en 1939, aunque desde 1941 tiene lugar en su fecha correcta, por lo que este año será su 75ª edición. Surgió en plena anexión de Austria a la Alemania nazi, pero su enorme importancia y arraigo popular tras la Segunda Guerra Mundial han convertido a este evento musical en un escaparate de la excelencia cultural austríaca.
El programa del Concierto de Año Nuevo de 2016 de la Filarmónica de Viena se puede ver en dos ocasiones antes del 1 de enero: en la mañana del 30 de diciembre como ensayo general con público y el 31 por la tarde como Concierto de San Silvestre o Nochevieja.
¿Cómo puedo comprar una entrada?
Las entradas para asistir al Concierto de Año Nuevo se venden por sorteo a través de la web de la Filarmónica de Viena y con un año de antelación. Para participar en el sorteo es imprescindible registrarse en esa web entre el 2 de enero y el 29 de febrero. La orquesta vienesa facilita últimamente toda la información sobre el sorteo en un fichero descargable en PDF. Los agraciados en el sorteo podrán comprar entradas para el ensayo general del 30 de diciembre por un precio que oscila entre 20 y 450 euros; para el Concierto de San Silvestre o Nochevieja entre 25 y 720 euros, o para el Concierto de Año Nuevo entre 35 y 1.090 euros.
¿Dónde se celebra?
El Concierto de Año Nuevo siempre se celebra en la Sala Dorada del Musikverein, el famoso edificio de conciertos que construyó la Sociedad de Amigos de la Música de Viena en 1870. Su arquitecto fue el danés Theophil Hansen que se inspiró para su diseño en el clasicismo griego. Pueden comprobarlo en la decoración de la Sala Dorada con sus famosas cariátides. La acústica de está sala se considera entre las mejores del mundo y ello se debe a su característica forma de paralelepípedo rectangular o caja de zapatos. Suele decorarse de forma especial para la ocasión con un espectacular despliegue de adornos florales que realiza el Departamento de Parques y Jardines de la Ciudad de Viena.
¿Por qué la Filarmónica de Viena?
En Viena hay varias buenas orquestas, pero la Filarmónica de Viena es la principal de todas. Surgió en 1842 para satisfacer la creciente demanda de conciertos filarmónicos, es decir, de conciertos orquestales a los que todo melómano pudiera asistir con la única condición de pagar una entrada. De ahí proviene el nombre de la orquesta: Wiener Philharmoniker, que en alemán significa "Filarmónicos vieneses". Concretamente, la Filarmónica de Viena surgió por iniciativa del compositor Otto Nicolai a partir de los mejores músicos de la orquesta de la Ópera Imperial, que se constituyeron en una asociación autogestionada que ha perdurado hasta nuestros días. De hecho, la orquesta mantiene esa estrecha vinculación con la actual Ópera Estatal y sus músicos forman parte de su orquesta.
La Filarmónica de Viena es un conjunto muy tradicional y conservador. No solo mantiene un sonido inconfundiblemente autóctono y elegante, sino que incluso dispone de variantes instrumentales locales diferentes a las utilizadas por otras orquestas, tales como el oboe vienés, la trompa de válvulas o el timbal con membrana de piel de cabra. Su ideología conservadora y apego a la tradición ha generado polémicas en los últimos años por incurrir en actitudes sexistas y racistas. Hasta 1997 no se permitió a ninguna mujer tocar en la orquesta (la pionera fue la arpista Anna Lelkes), pero hoy dispone de 10 integrantes femeninas de pleno derecho, e incluso desde 2011 cuenta con una mujer entre los cuatro concertinos de la orquesta, la búlgara Albena Danailova. Veremos a siete de ellas en el Concierto de Año Nuevo de 2016.
¿Quién es el director en el Concierto de Año Nuevo?
Otra particularidad de la Filarmónica de Viena es la ausencia de un director principal desde 1933. Ello no quiere decir que toquen sin director, sino que invitan para cada ocasión al mejor director posible. Por esa razón dirigir a la Filarmónica de Viena es un privilegio reservado a las mejores batutas del planeta. Aunque para el Concierto de Año Nuevo se contó inicialmente con un director estable designado por la orquesta (lo fueron Clemens Krauss, Willi Boskovsky y Lorin Maazel) desde 1987 se invita cada año a uno diferente. El primero fue Herbert von Karajan ese año. Después le han seguido Claudio Abbado, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Prêtre, Daniel Barenboim y Franz Welser-Möst. Se trata siempre de directores con una carrera consolidada que tienen una especial relación con la orquesta vienesa.
Esta vez subirá al podio el letón Mariss Jansons por tercera vez (las dos anteriores fueron en 2006 y 2012). Este director no solo se formó musicalmente en Viena o debutó con la Filarmónica de Viena hace más de 20 años, sino que además mantiene una relación muy especial con ella. Por ejemplo, cuando la orquesta se planteó en 2005 volver a contar de nuevo con un director principal se pensó en él como primera opción.
¿Qué compositores se escuchan en el Concierto de Año Nuevo?
En el Concierto de Año Nuevo se escuchan composiciones de la familia Strauss, la principal dinastía de compositores de música de baile y opereta vienesa del siglo XIX. El compositor más relevante de la saga es Johann Strauss hijo, aunque también se añaden siempre composiciones de sus hermanos Josef y Eduard o del patriarca de la familia, Johann Strauss padre. Es también muy habitual incluir obras de compositores coetáneos de música de baile y opereta como Joseph Lanner, Otto Nicolai o Franz von Suppé. Excepcionalmente se añaden algunas piezas de un compositor relevante para celebrar su aniversario, como sucedió en 1991 con Mozart, en 1997 con Schubert, en 2009 con Haydn, en 2013 con Verdi y Wagner o en 2014 con Richard Strauss.
En el Concierto de Año Nuevo de este viernes se rendirá un tardío homenaje a Émile Waldteufel, el verdadero rey parisino del vals en época de los Strauss, cuyo centenario de su fallecimiento se cumplió en 2015. Se escuchará su España, de 1881, basada en la rapsodia homónima de Chabrier. Volverá a escucharse música de Carl Michael Ziehrer, que fue miembro de la orquesta Strauss, pero también del coetáneo de Johann Strauss hijo, Joseph Hellmesberger padre. Otra novedad será la música del austriaco Robert Stolz, cuya Marcha de las Naciones Unidas de 1957 abrirá el concierto.
¿Qué tipo de piezas conforman su programa?
El programa del Concierto de Año Nuevo no está formado por largas sinfonías sino por piezas breves amenas y ligeras. Concretamente está integrado por polcas que alternan con valses y marchas junto a fragmentos orquestales de operetas vienesas. La polca es una danza breve de compás binario y origen bohemio muy popular en Viena en el siglo XIX. Escucharemos polcas en sus tres variantes principales: como chispeante y masculina polca rápida o galop (el ejemplo más popular de este tipo será A la caza, de Johann hijo); como elegante y femenina polca francesa (de este tipo escucharemos Violetta, de Johann hijo, que proviene de su opereta La guerra divertida); y como estilizada y armoniosa polca-mazurca en compás ternario (cuyo único ejemplo será Libélula, de Josef Strauss inspirada por el vuelo del referido insecto).
Los valses son la parte musicalmente más exquisita del Concierto de Año Nuevo. Concretamente el vals vienés deriva del popular Ländler austríaco y es una danza en compás ternario que se convirtió en el género predilecto de la música de baile en Viena en el siglo XIX. Son más largas que las polcas y también más elaboradas al ir precedidas normalmente por una introducción lenta. De Johann Strauss hijo escucharemos el más famoso de todos los valses, El bello Danubio azul, pero también el archiconocido Vals del Emperador.
Las marchas son composiciones menos ambiciosas que suelen programarse para el comienzo o el final del concierto. Normalmente son obras de ocasión que se vinculan a eventos o personajes relevantes. En esta edición escucharemos al principio la referida Marcha de las Naciones Unidas, de Stolz, que compuso en 1957 para inaugurar el Organismo Internacional de la Energía Atómica. Y para terminar, la popular Marcha Radetzky que compuso Johann Strauss padre en 1848 para honrar al mariscal que sofocó las revueltas del norte de Italia.
Además de varias polcas o valses procedentes de operetas se ha programado la obertura de Una noche en Venecia, de Johann Strauss, hijo o un entreacto de la opereta Princesa Ninetta.
¿Qué pintan los Niños Cantores de Viena en el Concierto de Año Nuevo?
Excepcionalmente, los directores de orquesta suelen contar en el Concierto de Año Nuevo con los Niños Cantores de Viena, quizá la agrupación coral infantil más conocida y relevante del mundo, con más de 500 años de antigüedad. Está integrada por niños sopranos y contraltos de entre 10 y 14 años que provienen de varias partes del mundo. En el pasado, Maazel o Karajan los invitaron a participar en el Concierto de Año Nuevo y Jansons contó con ellos en 2012. Para esta ocasión cantarán desde el balcón del órgano en la polca francesa Alegría del cantor, de Johann Strauss hijo, y en la polca rápida Viaje de Vacaciones, de su hermano Josef.
¿Y el ballet?
Desde que el Concierto de Año Nuevo se empezó a retransmitir por televisión, en 1959, siempre ha contado con alguna escena de ballet. Están protagonizadas por los solistas del Ballet de la Ópera Estatal de Viena, pero en alguna ocasión han participado también integrantes del ballet de la Ópera Popular de Viena. Aunque ha habido alguna excepción en directo, como en 2007, cuando la española Lucía Lacarra danzó el vals El bello Danubio azul por los salones y pasillos de la Sala Dorada del Musikverein, lo normal es que las escenas se graben previamente. Así ha sido este año en los dos fragmentos que fueron filmados el pasado septiembre en el Prater y el Palacio de Schönbrunn para acompañar la polca rápida Sin control, de Eduard Strauss y el Vals del Emperador, de Johann hijo. El vestuario, que en alguna ocasión se ha encargado a un diseñador importante como sucedió en 2010 con Valentino, será este año de la británica Emma Ryott. Para la coreografía se ha invitado al checo Jiří Bubeníček.
¿Qué son las propinas?
Son composiciones que se añaden a un concierto al final y fuera ya del programa del mismo. En el Concierto de Año Nuevo tienen un carácter especial pues están previamente establecidas desde 1958. Ese año, Willi Boskovsky determinó que se incluyera una polca rápida que varía año tras año (en 2016 será Deprisa y corriendo, de Johann Strauss hijo), seguida por el vals El bello Danubio azul y la Marcha Radetzky para terminar. En realidad, la tradición de contar con estas tres propinas la inició Josef Krips en 1946 y la continuó Clemens Krauss hasta 1954, aunque fue Boskovsky quien la consolidó, especialmente tras el inicio de las retransmisiones televisivas del Concierto de Año Nuevo en 1959.
¿Desde cuándo se retransmite por televisión?
La ORF, la compañía pública de radiodifusión austríaca, retransmite el Concierto de Año Nuevo en directo todos los primeros de enero. Su primera emisión televisiva fue en 1959 tanto en Austria como en nueve países a través de Eurovisión (Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, República Federal de Alemania, Suecia y Suiza). A España llegó primero entre 1962 y 1970, y después a partir de 1973 ininterrumpidamente hasta nuestros días, siempre en Radiotelevisión Española y a través de Eurovisión. Precisamente, en 1973 el Concierto de Año Nuevo comenzó a verse de forma generalizada también en América, Asia y África. Hoy se transmite a más de 90 países con una audiencia aproximada de 50 millones de telespectadores.
¿Cuándo y cómo se retransmite?
La retransmisión del Concierto de Año Nuevo se realiza en directo por La 1 de TVE y contará, como es habitual, con los sabios comentarios de José Luis Pérez de Arteaga. Se inicia a las 11.15 con la cabecera de Eurovisión y el famoso preludio del Te Deum de Marc-Antoine Charpentier. A continuación dará comienzo el concierto, que consta de dos partes con un intervalo de 25 minutos. La primera parte, que durará aproximadamente hasta las 11.50, suele ser la más seria y convencional. De hecho, hasta 1992 no se retransmitía más que la segunda parte del mismo, que empezará a las 12.15 y es la más vistosa y atractiva por incluir las referidas escenas pregrabadas de ballet, la intervención de los Niños Cantores, la inclusión de algún gag o la tradicional felicitación del nuevo año por el director y la orquesta. Uno de los gags de este año está previsto en la polca rápida A la caza, de Johann Strauss hijo, donde ya en 2010 Georges Prêtre disparó una escopeta de la que salió un ramo de flores.
Desde el Concierto de Año Nuevo de 1992, en que se celebró el 150º aniversario de la Filarmónica de Viena, se retransmite completo y se utilizan los 25 minutos de intervalo para emitir un breve documental sobre los tesoros culturales y naturales de Austria. Se realiza en un formato que no precise de alocuciones habladas al estar pensado para su emisión en muchos países. En esta ocasión, veremos a partir de las 11.50 un documental titulado Salzburgo mágico, donde se conmemoran los 200 años de su anexión a Austria, que ha dirigido el realizador Ernst A. Grandits.
¿Quién dirigirá la retransmisión televisiva?
El director de su retransmisión televisiva en 2016 será por tercer año consecutivo Michael Beyer, un realizador de estilo preciso y analítico que dispondrá de 14 cámaras de alta definición. En el pasado fueron Karina Fibich y especialmente Brian Large. No obstante, su primer realizador, verdadero pionero y responsable de sus particularidades tradicionales, fue Hermann Lanske. A él debemos la inclusión de escenas de ballet pregrabadas. Su dedicación al Concierto de Año Nuevo fue tal que desgraciadamente falleció de forma repentina durante el ensayo general de la retransmisión de 1980. Le sustituyó el compositor y asistente musical de Karajan en la Ópera Estatal de Viena, Hugo Käch, que aportó una estética visual muy vitalista y musical que ha terminado marcando tendencia.
¿Por qué el público palmea al final en la Marcha Radetzky?
Una de las particularidades más llamativas del Concierto de Año Nuevo es el palmeo acompasado del público en la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, al final del mismo. En muchas ocasiones incluso bajo las indicaciones del mismísimo director de orquesta, que da la espalda a la Filarmónica de Viena. Es lo que ha quedado de la condición festiva de un concierto donde el público se comportaba en el pasado de forma libre y natural, algo que no se asocia hoy con los espectadores de un concierto de música clásica. Por la grabación radiofónica del concierto dirigido por Clemens Krauss en 1954 sabemos que el público reaccionaba con aplausos al escuchar sus composiciones favoritas, lo que obligaba a la orquesta a parar y volver a empezar. Sin embargo, no palmeaba de forma acompasada durante la música. Esta tradición se inició en la época de Willi Boskovsky en los sesenta y setenta, cuando se estableció definitivamente la Marcha Radetzky como final del concierto, la continuó Lorin Maazel en los ochenta y adquirió carta de naturaleza definitiva cuando hasta el mismísimo Herbert von Karajan se volvió al público en 1987 para dirigirlo.
La otra particularidad es la felicitación del nuevo año que realiza el director con la orquesta antes del vals El bello Danubio azul. De hecho, aquí es habitual que el público interrumpa con aplausos el comienzo del vals. Aunque haya habido directores que han utilizado este momento para realizar un discurso más o menos breve, lo normal es que diga simplemente: "La Filarmónica de Viena y yo les deseamos"; a lo que responderá la orquesta: "Feliz año nuevo". Queda dicho y deseado.
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