“La música puede construir incluso a un pueblo”
Nacho Vegas exhibe su faceta más política en 'Canciones populistas', su nuevo disco
Al contrario de lo que sucede entre muchos músicos españoles de nuestros días, que, entre otras cosas, se lamentan por la crisis o critican de forma más o menos vaga las medidas de los gobernantes o su responsabilidad pública con respecto a los ciudadanos, Nacho Vegas (Gijón, 1974) no huye del término: es un cantante político. "La política forma parte de la vida y mis canciones hablan de la vida", asegura el compositor, quien incluso prefiere puntualizarlo con otra palabra: populista. "La canción se vuelve populista cuando la utilizas de manera constructiva y para hacer algo. Creo que hay que darse cuenta de que la música tiene un poder. El populismo que reivindico es el que es relativo al pueblo", dice.
Canciones populistas (Marxophone) es el nuevo disco de Vegas, un EP de cinco composiciones que estará en vinilo a partir de enero, pero ya se puede escuchar en plataformas digitales, justo unos días antes de las elecciones del 20 de diciembre. "Es casualidad", asegura. "Lo quería haber sacado hace tiempo, pero se retrasó por la portada. Quería que la diseñara Miguel Brieva y tenía muchísimo trabajo".
Con una imagen que por el conjunto de personas amontonadas parece inspirada en la famosa carátula de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, este trabajo es un "hermano pequeño" de Resituación, publicado hace un año y medio y considerado como el álbum político de Vegas, quien llevaba desde que se separó de Manta Ray con el cambio de siglo la etiqueta del portavoz del desamor, por sus adictivas, sombrías y viscerales canciones sentimentales recogidas en discos rompedores como Cajas de música difíciles de parar o La zona sucia. Canciones populistas, surgido en su mayoría de las sesiones de Resituación, es el pequeño porque tiene menos minutaje, pero no por ello menor. "Porque es también el hermano más rebelde", apunta el cantante.
Rebeldía y carga social
Una rebeldía que se muestra en cinco canciones de fuerte carga social. Una de ellas es una adaptación libre de Love Me, I’m A Liberal de Phil Ochs, bardo del folk más combativo de EE UU, y otra está dedicada a la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), a la que Vegas apoya activamente en Asturias. Canción para la PAH, basada en un poema de Gloria Fuertes, es grabada ahora después de haberla tocado en el interior de una oficina bancaria en Gijón junto a miembros de la PAH y el coro El Altu La Lleva, un vídeo que corrió como la pólvora en Internet: "Aunque no lo parezca, la PAH tiene más trabajo ahora que hace unos años, pero no se ve. Son los desahucios silenciosos, sin policía ni patadas en la puerta, pero con negociaciones".
Sentado en el Café Real en Madrid, habla con un discurso sosegado y reflexivo. Algunos le han echado en cara esta deriva política y le han pedido volver a las canciones de amor o "colocones", pero no le preocupa. "El régimen neoliberal de los noventa quitó a la política de nuestras vidas y luego el mundo indie hizo ver que los cantautores de los setenta estaban mal vistos", sostiene. "Echo de menos más posicionamiento populista entre los músicos de ahora", reconoce. Y lo explica: "Las canciones, por naturaleza, son populares. Es verdad que nos enfrentamos un poco al dilema de estar sometidos ahora al mercado, con lo que hay que lidiar, pero la música puede construir entidades colectivas, incluso a un pueblo. La música te habla de las cosas. Te dice tanto Kortatu de lo que ocurría en Euskadi en los ochenta como Locomía de lo que pasaba en Ibiza en los noventa. Como decía Chantal Mouffe, la dimensión populista es demasiado central en la política, es demasiado importante, como para dejarla a la derecha. Y creo que la música tiene un papel importante al respecto".
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