Cargamento de culpa

El hematoma que el peso de una escalera metálica deja sobre la mejilla de un inmigrante muerto podría erigirse en la imagen emblemática de Niebla (Haemoo), debut en la dirección del coguionista de Crónica de un asesino en serie (Memories of Murder) (2003) Shim Sung-bo producido por el aquí también coguionista Bong Joon-ho. Si en aquella película extraordinaria, Joon-ho y Sung-bo aprovecharon las herramientas del género negro para indagar, sin maniqueísmos, en el pasado inmediato de su país, aquí las aprovechan para desvelar el presente, demostrando que lo noir es antes una ética (en movimiento) que una estética (estable, mitómana, nostálgica) y que sus formas narrativas son las que mejor pueden ayudar a entender una realidad global condicionada por lo que podríamos llamar las narrativas de la corrupción.

Partiendo de un hecho real acontecido en 2001, Niebla (Haemoo) narra la primera experiencia delictiva de la tripulación de un barco pesquero reciclado en vehículo de transporte para inmigrantes ilegales en pleno contexto de precariedad económica y nuevas posibilidades de depredación. Hay algún apunte obvio, como esa nota social protagonizada por un conmovedor maestro de escuela, y alguna línea narrativa que parece insertada en nombre del espectáculo y la interacción emocional -la historia romántica-, pero en todo momento se impone una gran sabiduría estilística: los hachazos en la niebla, la secuencia de la mordida, el polvo desesperado como visceral explosión de vida en el infierno...