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Raíces y alas

Residencia de Estudiantes, un lugar donde la creatividad y la innovación parten de la tradición

Salvador Dalí, José Moreno Villa, Luis Buñuel, Federico García Lorca y Juan Antonio Rubio Sacristán posan en la Residencia de Estudiantes.
Salvador Dalí, José Moreno Villa, Luis Buñuel, Federico García Lorca y Juan Antonio Rubio Sacristán posan en la Residencia de Estudiantes.Residencia de Estudiantes

La creatividad mueve el mundo. Es curioso que esto se vea hoy como algo nuevo que se proclama a los cuatro vientos: ser creativo, innovador, representa todo lo que nuestra sociedad considera valioso. Y, sin embargo, para quienes nos movemos en el espacio cultural, siempre ha sido así. Lo que llamamos cultura no es sino el fruto de la creatividad. Inventar, imaginar, descubrir, pensar lo insólito, hallar la conexión entre lo que no parece tenerla, encontrar nuevos caminos, romper con las convenciones, idear nuevas maneras de hacer las cosas… de eso está hecha la cultura. Es verdad que lo que hoy es nuevo cristaliza y se hace tradición, pero antes fue creación, innovación, ruptura.

La creación exige libertad. En sociedades sometidas, donde salirse de la ruta está penalizado, a duras penas surge lo nuevo. E implica pluralidad: una sociedad cerrada, que no admite la diferencia, o que vive de espaldas al mundo, expulsa el talento, su creatividad no puede desplegarse. Y no hablo solo de las artes. Poesía, música, artes visuales, escénicas… nos parecen el terreno propio de la creatividad, pero ¿hay algo más creativo que un descubrimiento científico o una invención técnica?

Imagen actual de la Residencia de Estudiantes, en Madrid.
Imagen actual de la Residencia de Estudiantes, en Madrid.

Mi experiencia personal, basada sobre todo en la recuperación de la historia y el papel de la Residencia de Estudiantes para la sociedad de nuestro tiempo, me ha demostrado que no hay creatividad o innovación que no se base en la tradición. Si no se tienen -como lo expresó Juan Ramón Jiménez, residente de la primera hora- “raíces y alas. Pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen”. Cuando los enfants terribles de nuestras vanguardias, el célebre trío de los artistas residentes (Lorca, Dalí, Buñuel) proclamaban su rechazo de todo lo putrefacto, lo hacían a partir del sólido sustrato que les daba su contacto diario con las generaciones anteriores y, más allá, con toda la tradición cultural española. Y también su convivencia, su intercambio enriquecedor con sus compañeros científicos, pensadores, estudiosos… O su apertura al mundo, su curiosidad por lo que se cocía en Europa, en América. La imagen de Lorca al microscopio en el laboratorio del histólogo Pío del Río-Hortega resume lo que quiero expresar: poesía e investigación, la chispa de la creación y el saber.

La imagen de Lorca al microscopio en el laboratorio del histólogo Pío del Río-Hortega lo resume: poesía e investigación, la chispa de la creación y el saber

Hoy, en la Residencia recuperada, esta tradición tolerante, cosmopolita, de constante cruce de ciencias y artes, está viva de nuevo. La viven nuestros jóvenes becarios, brillantes científicos, tecnólogos, creadores de todas las disciplinas artísticas, que sienten una comunión especial con la creatividad de sus antecesores de las primeras décadas del siglo XX en las redes que traza su conversación permanente entre las especialidades más diferentes, o su diálogo con investigadores y artistas de todo el mundo con los que conviven a diario. Como John Berger, que escribió de la Residencia: “Este lugar de historia, donde uno siente la tenacidad de la tolerancia y la resiliencia de la flexibilidad, una tradición que es siempre nueva”.

Creatividad es algo que nuestra sociedad necesita tal vez más que ninguna otra cosa y que es la única promesa de futuro para las jóvenes generaciones. Porque lo que sí es nuevo es la importancia y la urgencia que ha adquirido el fenómeno: mañana, hoy mismo, cualquier ciudadano necesita ser creativo si no quiere quedarse atrás. Pocas oportunidades (y malas) quedarán para quienes sigan atados a las rutinas. Tras casi cuatro décadas de construcción de una sociedad libre y plural, y 30 años de vivir en Europa, es la hora de la autonomía personal, el conocimiento y la creatividad. Un poeta al microscopio: tal vez, en el mundo que ya estamos viviendo, esa figura nos enseña un camino.

Alicia Gómez-Navarro es directora de la Residencia de Estudiantes.

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