El corazón de las tinieblas
'La isla del Dr. Moreau' fue concebida por Richard Stanley, que fue despedido a los pocos días de iniciado el rodaje
Trabajos como Burden of dreams (1982), de Les Blank, y Hearts of Darkness: A filmmaker’s Apocalypse (1991), de George Hickenlooper, lograron capturar, con maestría, la paradoja del alumbramiento de sendas obras excelentes –Fitzcarraldo (1982) y Apocalypse Now (1979)- en el seno de enloquecedores rodajes-pandemónium. Sin brillar a su altura –pues sus maneras expresivas están más cerca del reportaje o del dilatada extra para DVD-, Lost Soul. El viaje maldito de Richard Stanley a la isla del dr. Moreau se suma a esa familia como estimulante cara B: en esta ocasión, un rodaje infernal no desembocó en gloria, sino en una película ridícula, de hinchado presupuesto, que tocó de muerte la carrera cinematográfica del artífice del proyecto y condicionó la suerte profesional de muchos de sus implicados.
LOST SOUL: EL VIAJE MALDITO DE RICHARD STANLEY A LA ISLA DEL DR. MOREAU
Dirección: David Gregory.
Documental. Estados Unidos, 2014.
Duración: 97 minutos.
La isla del Dr. Moreau (1996) fue concebida por Richard Stanley –despedido a los pocos días de iniciado el rodaje-, terminada por un tiránico y desapegado John Frankenheimer y saboteada sucesivamente por el ego de Val Kilmer, las excentricidades de Marlon Brando, las condiciones climáticas y la inquebrantable Ley de Murphy. Una crónica fascinante donde intervienen la brujería, el narcisismo y la megalomanía de una industria en estado de exaltación descontrolada. Un documental mejorable, pero con un relato francamente irresistible.
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