“Las ideologías no pueden usar la historia como un instrumento”
Roberto Fernández Díaz, premio nacional por ‘Cataluña y el absolutismo borbónico’
En el año del desafío independentista catalán, el Premio Nacional de Historia que concede el Ministerio de Cultura ha recaído en el libro Cataluña y el absolutismo borbónico (Crítica), escrito por Roberto Fernández Díaz, catedrático de Historia Moderna, especialista en el siglo XVIII. El jurado ha valorado la obra "por su excelente revisión en torno a un importante debate historiográfico y por la aplicación rigurosa de la metodología crítica y profesional frente a la instrumentalización pública y política de los hechos históricos".
"Me gustaría pensar" que se trata de un libro "oportuno" y no "oportunista", manifestó ayer el reconocido autor (l’Hospitalet del Llobregat, Barcelona, 1954), rector de la Universitat de Lleida. "Empecé a escribirlo hace siete años, por lo tanto, la coyuntura política era muy distinta de la de ahora. Por lo tanto no tiene nada de oportunista, aunque me gustaría pensar que puede ser un libro oportuno porque las sociedades y los países deben levantar su futuro sobre un conocimiento objetivo del pasado, sobre un conocimiento desapasionado, ecuánime", explicó en declaraciones recogidas por Efe.
Dotado con 20.000 euros, el galardón tiene por objeto reconocer la labor de investigación histórica. El libro relata, de manera amplia y documentada, el debate historiográfico en Cataluña a partir de las diversas interpretaciones publicadas, desde las de finales del siglo XVIII hasta hoy, pasando por las visiones históricas del Romanticismo, por los inicios de una historiografía nacionalista catalana y por las revisiones de Jaume Vicens Vives y Pierre Vilar.
El autor dedica los últimos capítulos de su libro, precisamente, a los "paradigmas encontrados" que dividen en la actualidad a los historiadores y al trasfondo ideológico que existe.
El historiador dijo sentirse "orgulloso" por el premio y confesó que esta sensación no es sólo a "nivel personal", sino que también es extensible a todos los historiadores y a la historiografía, una disciplina que "toda sociedad necesita para ser libre y para ser plural".
Y con esta intención decidió abordar esta obra: "Soy un servidor público y quiero y necesito pensar que cada euro que los ciudadanos invierten en mi salario es un euro que está bien invertido porque yo lo revierto con un conocimiento científico del pasado, de cómo funcionan las sociedades humanas".
Subjetividad
En este sentido, Fernández, añadió que para "transformar la subjetividad natural en una objetividad" se necesita "poner en medio el conocimiento científico que es el mejor instrumento" que posee la sociedad. En cuanto a las interpretaciones que se hagan de Cataluña y el absolutismo borbónico, el autor manifestó que "permite" las que cada uno crea hacerse "convenientemente". Pero concretó que su obra "dice lo que dice". "Las ideologías no pueden utilizar a la historia como un instrumento para cimentar sus propios intereses. Mi obra trata de decirle a los ciudadanos que para crecer en libertad deben tener el conocimiento más científico posible del pasado, y que eso hace que una sociedad tenga los pies de hierro y no de barro".
Especialista en el siglo XVIII
Nacido en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en 1954, Roberto Fernández es un historiador especialista en el siglo XVIII español.
Catedrático de Historia Moderna y rector de la Universitat de Lleida, es autor de varios libros y artículos, como La burguesía comercial barcelonesa en el siglo XVIII: la familia Gloria (1987), Manual de Historia de España. Siglo XVIII (1993) o Carlos III (2001).
Con su última obra ha logrado el Premio Nacional de Historia, dotado con 20.000 euros, por "su excelente revisión" y "la aplicación rigurosa de la metoodología".
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, dio ayer rápidamente su lectura: Cataluña y el absolutismo borbónico "desbarata" los "falsos tópicos" de los independentistas. "Las lecturas que pueda hacer la clase política yo las respeto pero yo soy un científico, no un político", incidió.
En una entrevista con este periódico publicada el pasado mayo, el historiador reconocía que a punto estuvo de titular su obra, ahora galardonada, como La Catalunya agraviada. Sobre la manipulación de la historia, afirmaba: "Hemos crecido con la Historia de España manipulada por la ideología del franquismo". "Ha habido manipulación en la Historia de España y de Cataluña. Hay historiadores catalanes (o se llaman así; hay de todo) que tienen un proyecto de país y buscan que la historia les dé la razón. Y fabrican más memoria que historia".
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