Muere el fotógrafo Alberto Schommer a los 87 años
El artista realizó retratos psicológicos de los grandes hombres de la economía, la política y la cultura española
El fotógrafo Alberto Schommer (Vitoria, 1928) murió ayer en San Sebastián a los 87 años, víctima de problemas respiratorios debidos a un proceso cancerígeno. Schommer era uno de los nombres capitales de la fotografía española de los últimos 40 años y autor de una rica obra, entre la que destacaron, en los ochenta, sus Retratos psicológicos, publicados tanto en Abc como en El País Semanal. En 2013 recibió el Premio Nacional de Fotografía.
La enfermedad de Schommer se agudizó desde su cumpleaños, el pasado 9 de agosto, contó a EL PAÍS Nicolás Casla, su sobrino y también fotógrafo. Ese día fue a cenar con unos amigos al restaurante Arzak de San Sebastián y sintió un fuerte dolor en la espalda. Schommer fue al médico y este le diagnosticó una metástasis del cáncer de próstata. Hace dos semanas fue hospitalizado, y los últimos días los pasó en su residencia donostiarra.
Así creó Schommer la serie ‘No oculto nada’
'Making of' de las sesiones que realizó el fotógrafo Alberto Schommer para retratar a candidatos a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid mostrando las palmas de sus manos
“Si tuviera menos años, dejaría la fotografía por la política”
El 2014 fue un año de éxito y soledad para Schommer. Ha expuesto en el Prado, pero le embarga la tristeza por la ausencia de la mujer.
Schommer quiso ser el primer fotógrafo en entrar por la puerta grande de un museo y lo consiguió hace un par de años, cuando El Prado dedicó una exposición a sus máscaras. Le quedó pendiente una gran antológica en un museo de arte contemporáneo con las series esenciales de su vida profesional, que fueron muchas y variadas y sus trabajos en prensa, especialmente en EL PAÍS, que le convirtieron en el gran retratista de la Transición. El que muchos consideraban un psicólogo de la imagen había perdido en agosto de 2013 a su esposa, Mercedes Casla, “gran amor” de su vida, como a él le gustaba decir. Desde entonces su indomable energía había disminuido.
Paseó su obra por todo el mundo y publicó un centenar de libros que recogen un trabajo que empezó cuando tenía solo 17 años. Fue su padre, el fotógrafo alemán Alberto Schommer Koch, quien le enseñó los rudimentos del oficio. Pero él no se consideraba alumno suyo, se veía más como un autor en la estela del grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería), porque fueron sus integrantes los primeros en manifestar que la fotografía era un arte independiente y con más posibilidades que otras expresiones artísticas antiguas. Schommer se sentía próximo a autores como Joan Colom, Gabriel Cualladó, Ramón Masats u Oriol Maspons.
Sus fotos favoritas
En una entrevista con este periódico en vísperas de las últimas navidades, echando la vista atrás, se sorprendía de su propio ingenio en muchas de las fotos que le dieron fama en todo el mundo. Como favoritas señalaba la que le hizo a Andy Warhol en Madrid en 1982 pintando la bandera de EE UU o la de Roy Lichtenstein en París. “Eran delirantes. Las contemplo y me sorprendo de mi audacia”. Pese a la desazón que por entonces le embargaba, estaba cargado de proyectos, como los retratos de los candidatos a las elecciones locales y autonómicas para EL PAÍS. Su actividad principal eran los retratos que seguía recibiendo de encargo.
Nunca se separaba de sus viejas Leica y Rolleiflex. Despreciaba la fotografía digital. “No me interesa nada. Cualquiera con buen ojo y pulso puede hacer una buena foto. O una utilizable. Pero yo trabajo con sensibilidad, garra y fuerza. Otra cosa es que todavía tenga buen ojo y pulso….”, decía.
Una de las pocas cosas que levantaba su indignación era la crítica a cómo se hizo la Transición española: “La corrupción y la fuga de dinero que estamos conociendo se salen de lo corriente y es tremendo. Otra cosa es que haya grupos políticos como los independentistas catalanes o los vascos que quieran aprovechar para sus disparates. España es una nación en bloque que pertenece a Europa y a la OTAN. No hay nada que discutir. ¿Qué hubiera sido de España si no se pacta como en la Transición? El rey Juan Carlos lo hizo muy bien. Y le conozco a fondo porque he hecho con él más de treinta viajes”. Schommer vivía en el centro de Madrid, junto al parque de El Retiro, uno de los lugares que más amaba de la ciudad y por el que tanto paseó con su esposa. “Ella era todo: mi amor, mi inspiración, mi crítica más feroz, mi apoyo. No puedo explicar con palabras lo que me ha supuesto”, confesaba con la voz rota.
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