Janis Joplin, el amor por el precipicio
Una película repasa con material inédito la trágica vida de la estrella del rock
Seth dijo: “Vamos a hacer algo para la posteridad”. Dorothy se mostró de acuerdo. Y, juntos, cumplieron la promesa. Porque de ese día de pasión entre ambos nacería una leyenda: Janis Joplin, una de las estrellas del rock más célebres de la historia. Es su hermana quien cuenta esa jornada clave en la vida de sus padres y de la música, hacia el comienzo del documental Janis, proyectado fuera de concurso en el Festival de Venecia.
La película, dirigida por Amy Berg (Deliver Us from Evil, West of Memphis), es un viaje de 100 minutos en la compleja odisea de una joven tan talentosa como incontrolable, tan autodestructiva como ingenua, tan insegura como ambiciosa. Una artista extrema en su arte y su existencia, capaz de dejar en los apenas 27 años que la heroína le concedió en el mundo un sello imborrable para el rock and roll y millones de aficionados.
Janis representa el colector de nuestro dolor común, con su voz rota, expresiva, con la que nuestro sufrimiento es reconocido y desnudado”, dice el director
Janis mezcla decenas de vídeos de archivo, entrevistas con familiares y amigos, conciertos tan míticos como Monterrey o Woodstock e incluso cartas inéditas que la propia artista enviaba a su familia o a David Niehouse, uno de sus demasiados amores perdidos. Siete años ha tardado Berg en estudiar a fondo tanto material y construir un retrato profundo del mito indefenso, que encontraba el paraíso en el escenario para precipitarse al infierno cada vez que se bajaba de él. “Janis representa el colector de nuestro dolor común, con su voz rota, expresiva, con la que nuestro sufrimiento es reconocido y desnudado”, asegura la directora en un comunicado.
Todos los momentos clave en la vida de Joplin desfilan ante el espectador. Su infancia rebelde en Port Arthur (Texas), su viaje a San Francisco y el regreso a casa, su ascenso meteórico, así como todos los pasos que la cantante fue dando hacia el abismo. Obviamente, Janis presenta también a las tres bandas que acompañaron a la estrella (Big Brother and the Holding Company, Kozmic Blues Band y FullTilt Boogie Band), a la vez que muestra a Joplin cantando con su habitual desgarro temas como Summertime, Me and Bobby McGee o Bye Bye Baby.
Al lado de la genial creadora, la película retrata a una mujer impulsiva, a menudo esclava de la opinión de los demás y de las drogas que la consumieron demasiado pronto. Una joven consciente de su talento, decidida a aprovecharlo y sin embargo demasiado débil o sola como para aguantar el peso de la fama y la vida. De ahí que sean muchos los parecidos con otro documental estrenado este año, sobre otra diva tan inocente como caótica, fallecida prematuramente: Amy Winehouse. En el fondo, en lo que van de año son ya tres las películas sobre músicos del tristemente famoso club de los 27, ya que hay que sumar Kurt Cobain: Montage of Heck.
Pese a toda la adoración que recibía, y a que su música era fuente de inspiración, nos choca que Janis, una vez lejos de las masas, se sintiera a menudo totalmente sola y no querida"
“Pese a toda la adoración que recibía, y a que su música era fuente de inspiración, nos choca que Janis, una vez lejos de las masas, se sintiera a menudo totalmente sola y no querida”, continúa Berg. En el fondo, como cuenta el documental, la cantante se pasó toda la vida intentando ser amada y tratando de recuperarse de aquellas crueles puñaladas que su autoestima sufrió ya en la adolescencia. Algunos compañeros llegaron a elegirla, a fuerza de votos, como “el hombre más feo del instituto”. “Si todos la amaban estaba feliz, pero bastaba con que no le gustara a una sola persona para destruirla”, relata uno de los muchos testimonios que aparecen en el documental.
Berg asegura que ha querido mover la película por dos vías: por un lado, tenía que ser un relato fiel, como la propia Joplin lo hubiese contado, de su vida; por otro, “hemos dejado que apareciera el fan que está en nosotros, lo que convierte inevitablemente a Janis en una potente droga para el espectador”. Casi tan poderosa como las sustancias reales que acabaron con la vida de Joplin el 4 de octubre de 1970, la madrugada en la que la heroína le derrotó. Su fallecimiento es el punto final del documental. Y el comienzo del mito inmortal.
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