Johnny Depp ilumina Venecia
El actor acapara la atención del festival, donde presenta el ‘thriller’ ‘Black Mass'
Hay gente normal y hay estrellas. Pero, después, por encima, destaca otra categoría: algo así como el Olimpo de los divos. Su fama se puede medir en cómo la gente habla de ellos, en la expectación que generan o en su cuenta bancaria. Esta mañana, en el festival de Venecia, bastaba con otro método más empírico: la cantidad de fans aparcados ante la alfombra roja. En una jornada normal, a primera hora, apenas se llena la primera fila, pegada a la valla. Pero el día en que llega Johnny Depp de normal no puede tener mucho. Y los aficionados formaban varias columnas ya horas antes de que el actor apareciera. Eso sí, estarán encantados con lo que el intérprete dijo de ellos: “No son fans, son los jefes”.
El divo estadounidense trae al festival, fuera de concurso, Black Mass, dirigida por Scott Cooper, y en la que lleva a cabo la enésima transformación de su carrera. Tras personajes como Jack Sparrow, Eduardo Manostijeras o Willy Wonka, esta vez el actor está directamente irreconocible: con poco pelo engominado, ojos azules y mirada de quien podría matarte en cualquier momento, interpreta a James Whitey Bulger, un gánster real de Boston que estrechó una inquietante alianza con agentes del FBI: él proporcionaba información y la policía detenía a su competencia, allanándole el camino para su escalada criminal. De ahí que, cuando en 2011 por fin le detuvieron, fuera condenado a dos cadenas perpetuas, por al menos 19 homicidios.
Justo ayer Bulger cumplió, en la cárcel, 86 años. Y hoy Depp ha contado, ante una sala de prensa jamás tan llena y que nunca tuvo que aguantar tanto retraso para una conferencia, que afrontó el personaje “como un ser humano. Nadie se levanta por la mañana y dice: ‘Soy malvado’. Era un tipo que era capaz de ayudar a una señora a llevar la compra a casa y poco después asesinar a alguien”. Con americana verde y gafas de sol, Depp convirtió la rueda de prensa en show desde el primer instante. Entró el último y, antes de las preguntas, cogió la botella de agua que tenía ante el micrófono y soltó: “Esta bebida no es alcohólica, por lo que si mis palabras no son sensatas es culpa vuestra”.
Algunos periodistas intentaron aprovechar el buen humor del actor, con resultados satisfactorios.
-¿Ha sacado sus perros a pasear por Venecia?
-He matado a mis perros y los he comido por orden de un gordo australiano.
Inevitablemente, Depp habló del porqué de tantas transformaciones en su carrera. “Intentaron convertirme en un niño bonito para pósteres. Pero mis modelos siempre han sido actores como Marlon Brando o John Garfield. Quiero sorprender al público, sin aburrir”, respondió el actor. Célebre por películas como Donnie Brasco, la saga de Piratas del Caribe, Blow y muchos etcéteras, en los últimos años Depp ha sido noticia también por comprar islas, tener una compleja relación con el alcohol y participar en algún filme tumbado por la crítica. Tanto que muchos ya auguraban el ocaso de su trayectoria. Otros muchos, tras Black Mass, le colocan en cambio en plena carrera para los Oscar.
Intentaron convertirme en un niño bonito para pósteres. Pero mis modelos siempre han sido actores como Marlon Brando o John Garfield"
A Depp le preguntaron si buscó su yo malvado para entender a su personaje. “Encontré el mal en mí hace tiempo y lo acepté. Somos viejos amigos”, respondió. “Hay una enorme responsabilidad al interpretar a alguien sacado de la vida real. Ya sea considerado bueno o malo, el actor tiene que representarlo de la manera más verídica posible”, añadió. El actor contó que, más allá de algún vídeo de cámaras de vigilancia, no tuvo mucho material visual para observar e interiorizar su personaje. De ahí que pidiera encontrarle, pero no pudo ser: “Bulger rechazó con respeto. No creo que sea un gran fan del libro Black Mass [en el que está basada la película]”.
Tuvo que conformarse, por tanto, con las visitas que un antiguo amigo de Whitey hizo en algunas ocasiones al rodaje. Tan impresionado se quedó el hombre con la performance de Depp que le dijo a Cooper que le daba “escalofríos”. “Es un actor que corre riesgos, un tesoro nacional”, homenajeó el cineasta a Depp.
Al terminar la rueda de prensa, la mayoría de los periodistas se abalanzó sobre la mesa de los intérpretes en busca de una foto, un vídeo, un apretón de manos o cualquier acto que certificara su cercanía con Depp. Y, quizás por primera vez en mucho tiempo, casi nadie le hizo caso a Dakota Johnson (50 sombras de Grey), presente en la sala y en la película. También es una estrella, pero menos.
Babelia
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