Tras las huellas de Muntadas por Venecia

“Todas las ciudades de noche se transforman, pero en Venecia el contraste es aun mucho más radical. Caótica, ruidosa y atestada de gente durante el día, por la noche es increíblemente vacía y oscura, intrigante y fantasmagórica”. Lo afirma Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) que durante las noches venecianas ha rodado su última película, Dérive veneziane, un paseo “cámara en mano” que revela una Venecia insólita, ajena a la imagen de ciudad devorada por el turismo, ya instalada en el imaginario colectivo. La obra, que se estrenará el martes 1 de septiembre en el marco de la 72ª edición de la Mostra del Cine, representa la primera apertura del célebre festival al cine expandido. Dérive venezianese proyectará hasta la clausura del certamen —el 12 de septiembre— en un jardín que es obligatorio cruzar para ir de uno a otro de los ocho puntos de visionado del festival.

“La única condición que he puesto es que se proyectara en un espacio público, para que el espectador no se encontrara cautivo en una sala y pudiera experimentar la situación de deriva de la película. El movimiento permite al espectador llevar a cabo su propia edición de imágenes”, asegura Muntadas, que ha rodado la película desde un barco para componer un largo travelling nocturno, sin principio ni final. Resultan evidentes las referencias a la psicogeografía y la deriva situacionista de Guy Debord, cuyas citas salpican la proyección como subtítulos extemporáneos. "Aún es posible descubrir una Venecia alejada de estereotipos, porque es una ciudad donde es inevitable perderse sin quererlo. Y cuando te pierdes estás forzado a descubrir cosas", continúa Muntadas, quien ayer ofreció un preestreno en la galería Joan Prats de Barcelona, donde se volverá a proyectar el día 3.

De bajo coste

Con motivo del estreno la Joan Prats ha realizado dos ediciones firmadas y numeradas de la obra. Una, con la película y 30 fotografías, consta de nueve ejemplares y se vende a 7.000 euros, la otra de 60 ejemplares ofrece sólo las 30 fotografías al precio político de 250 euros. “Es una operación de crowdfunding para contribuir a financiar una producción muy low cost”, explica el artista que, aunque vive desde hace 40 años en Nueva York, pasa el otoño en Venecia, donde da clase en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia. La presencia humana resulta casi anecdótica en los 39 minutos de la obra: tan sólo aparecen un hombre con un perro, otro con una maleta y un par de sombras. “No ha sido una elección, aparecen los que estaban”, asegura Muntadas, Premio Nacional de Artes Plásticas en 2005.

Desde hace unos años, Muntadas está desarrollando un proyecto en proceso de gran envergadura. Se trata de Protocolos Asiáticos, un conjunto de obras creadas para una exposición itinerante que, tras su presentación en Seúl en 2015, se presentará en Tokio en marzo de 2016 y después en Beijing y Shanghái. “Los protocolos son conjuntos de reglas y formalidades que rigen los actos oficiales y se siguen por costumbre en las relaciones sociales”, explica Muntadas, que ha creado una colección de diagramas y cosmologías que abarcan desde la vertiente más pública a la más privada. “Protocolos Asiáticos consta de un núcleo de obras que se exponen en todas las sedes, pero en cada ciudad hay piezas específicas relacionadas con las idiosincrasias de cada país”.