Chile lidera un festival ecléctico

El festival La Mar de Músicas, que se celebra cada verano en Cartagena, dedica cada edición a un país. Este año —desde ayer hasta el 25 de julio— el país invitado es Chile y no por casualidad: tras años de enriquecedor desarrollo regional, la música chilena se ha consolidado como una de las más atractivas en todos sus frentes. Anoche tocaron Camila Moreno y Ana Tijoux, dos de sus compositoras más rompedoras. Pero por la ciudad también pasarán estos días el grupo Astro, Gepe, Francisca Valenzuela, Javiera Mena o Melissa Aldana. Incluso esa nueva canción chilena, que se nutrió del mundo rural y obrero para llevar la música de autor a su máxima potencia, está representada con la actuación de los legendarios Quilapayún y, en otra medida, con la de uno sus mejores discípulos: Manuel García, quien hará un showsinfónico con la orquesta de Murcia sobre la obra de Víctor Jara.

Pero si hay algo que tiene La Mar de Músicas es su eclecticismo y sus apuestas internacionales. Esta noche actúan la mexicana Lila Downs y el irlandés James Vincent McMorrow, conocido por ser el músico que compuso la canción del último anuncio de la lotería de Navidad. Antes será el turno de la música afro caribeña de Curazao con Kuenta I Tambú.

Con escenarios tan bucólicos como el Castillo Árabe o la Catedral, en los próximos días estarán nombres de gran talla como Melody Gardot, diva del jazz que viene con nuevo disco bajo el brazo, o Gino Paoli, cronista sentimental de la canción italiana de toda la vida. Como cronistas son los malienses Toumani & Sidiki Diabaté, portentos del hip hop africano, y Aida Samb Et Le Sabara, la voz más sugerente de Senegal con su ritmo de percusión mbalax. Un talento que ya ha dejado de ser una promesa es la francesa Zaz, capaz de unir el jazz y el pop. En el apartado español, los representantes más destacados son Raúl Rodríguez, Coque Malla, Pedro Guerra y Silvia Pérez Cruz.