General, quiero ser mariachi
El Ejército de México tiene entre sus filas una agrupación de canción vernácula mexicana con experiencia musical y marcial
Al fondo del comedor de la base aérea Santa Lucía se escuchan las primeras notas de México lindo y querido. Un grupo de mariachi, con sus 16 integrantes vestidos con el inconfundible traje de charro mexicano, entona la típica canción para celebrar la visita del presidente Peña Nieto a las instalaciones militares. Esa tarde el mandatario ha inaugurado la Feria Aeroespacial, pero por un momento los comensales guardan silencio para escuchar la música y observar a esta agrupación poco común: soldados en traje de mariachi.
El Ejército de México tiene desde 2002 entre sus filas a músicos con experiencia en melodías mexicanas para mostrar en exhibiciones y actos públicos una importante parte de la cultura del país. Una combinación inusual ocurre, en los escenarios donde se presentan, entre la alegría y el folclore del mariachi con la seriedad y la disciplina de la vida marcial. Y así también ha sido la preparación de cada uno de sus integrantes: todos son egresados de las escuelas de música más importantes del país como el Conservatorio Nacional de Música, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Escuela de Música Ollin Yoliztli, y al mismo tiempo todos se han preparado como miembros de las Fuerzas Armadas.
Antes de nuestros ensayos musicales hacemos la instrucción militar que todos hacen Pablo del Rosario Camargo, director del mariachi del Ejército
El capitán Pablo del Rosario Camargo fue músico antes que militar. Desde niño se apuntaba a las reuniones familiares para cantar boleros, después se animó a amenizar algunas fiestas en su natal Los Mochis (Estado de Sinaloa, norte de México), y ya de mayor se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música donde se preparó para ser cantante de ópera de concierto. Su voz es potente y aunque comenzó en el Ejército como cantante del coro más tarde se cambió al mariachi. Desde 2009 es el director de la agrupación.
“Nos gusta mucho la disciplina y la puntualidad. También ser profesionales tanto en lo personal como en lo musical. Y tenemos cuidado en el trato a las personas”, describe el capitán Camargo como las características distintivas de un mariachi marcado por el orden. El grupo se reúne todos los días durante seis horas para ensayar después de cumplir con sus actividades marciales, que incluyen una rutina de entrenamiento físico. Sus 16 integrantes —entre ellos dos mujeres cantantes— tienen entre 25 y 45 años de edad y poseen distintos rangos militares como cabo, teniente, sargento y capitán. “Antes de nuestros ensayos musicales hacemos la instrucción militar que todos hacen, pero nosotros trabajamos exclusivamente para la música”, apunta.
La experiencia de los músicos de este mariachi transcurrió en algunos casos en plazas como la de Garibaldi en la Ciudad de México, o en el centro de Guadalajara (Jalisco) --la cuna de este género musical-- donde los mexicanos acuden para escuchar y contratar a los grupos. Otros integrantes de la agrupación militar han gozado de oportunidades para tocar al lado de famosos cantantes de música mexicana como Pedro Fernández, Pepe Aguilar, Aida Cuevas, Vicente Fernández y Alejandro Fernández. Como grupo, el mariachi del Ejército mexicano se ha presentado también al lado de orquestas sinfónicas, así como del mariachi de la Marina mexicana. “A veces intercambiamos música, hacemos adaptaciones, hacemos arreglos desde música internacional hasta canciones que están de moda”, cuenta Camargo.
México es quizá el único país del mundo con un mariachi militar. La sorpresa es general cuando se presentan tanto en las ferias marciales como en celebraciones del Día de la Independencia, cada 15 de septiembre. “Siempre escuchamos ‘¿El Ejército tiene mariachi? ¿Y de verdad son militares?’”, comenta el director del grupo. Al traje de charro de este mariachi lo distingue el bordado en hilos dorados del escudo nacional —un águila posada sobre un nopal (cactus) que come una serpiente— y las iniciales SDN: Secretaría de la Defensa Nacional. Camargo asegura que su música “eleva la moral” a las tropas, ya sea con canciones como Paloma negra, el Son de la negra, Si nos dejan o alguna de Jose Alfredo Jiménez.
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