Araújo, el cantante al que nadie conocía excepto millones de personas
La muerte del artista de 29 años y de su novia llana Coelho Pinto Moraes, de 19, en un accidente de tráfico conmociona a Brasil
La muerte del cantante Cristiano Araújo, de 29 años, y de su novia, la también artista Allana Coelho Pinto Moraes, de 19, en un accidente de tráfico en la madrugada de este miércoles ha conmocionado a millones de personas en Brasil, pero también ha causado una reacción contradictoria en las redes sociales.
El cantante –uno de los representantes del sertanejo, una mezcla de pop y country brasileño– regresaba de un concierto en Itumbiara, a 200 kilómetros de la capital del Estado de Goiás, en el centro del país. Su coche volcó en la ruta BR-153 en torno a las tres de la madrugada, entre las localidades de Goiatuba y Morrinhos de Novia. A primeras horas de la mañana, las cadenas de televisión ya relataban lo ocurrido mientras centenares de fans dejaban sus mensajes de solidaridad en la pagina oficial de Facebook de Araújo (que tiene 6,3 millones de seguidores). “Ya te echamos de menos. ¿Quién nunca ha vivido un momento en el que Cristiano Araújo no estuviera cantando?”, escribió uno de ellos. Sin embargo, otras miles de personas apenas entendían qué estaba pasando. Muchos nunca le habían escuchado cantar y ni siquiera sabían su nombre. “¿Quién es este?”, “No sabía que existía”, reaccionaban en las redes. “Sé quien es porque el taxista me lo dijo”, confesaba una mujer.
El pop sertanejo, una mezcla de la música country nacional con pop, causa furor en Brasil y es capaz de abarrotar fiestas y conciertos en todo el país. El gran momento de este género en el mundo fue el éxito de la canción Ai se eu te pego, de Michel Teló. Sus artistas aparecen hoy en los primeros lugares de todas las listas de canciones más escuchadas en las radios de Brasil y están entre los más descargados de Internet. En la lista de álbums más descargados de iTunes, cinco de los 15 son de música sertaneja.
Aun así, la muerte de Araújo demuestra, una vez más, como en Brasil, un país de 200 millones de personas, las desigualdades entre clases sociales no solo persisten, sino también se reflejan a la hora de consumir cultura.
Nacido a principios del siglo XX, el sertanejo tiene hoy ídolos nacionales, unánimes –los hermanos Zezé Di Camargo y Luciano quizá sean sus principales representantes– y es tan popular y tan brasileño como la samba o la bossa nova. Pero para una parte de Brasil –la que no conocía a Araújo hasta este miércoles– la música popular brasileña todavía se resume en clásicos como Tom Jobim, Chico Buarque, Caetano Veloso o Gilberto Gil. Son ciudadanos que provienen de clases medias tradicionales, de grandes centros urbanos como Río de Janeiro y São Paulo, y que viven dentro de una ‘burbuja cultural’. Escuchan rock y pop extranjeros. Conocen el pop sertanejo, ya lo han escuchado en fiestas, pero no está en su día a día. Simplemente 'les suena'. Para la industria musical, este público cuenta cada vez menos. El sertanejo amplió su público desde los 90 con las nuevas clases medias, un grupo heterogéneo de unas 40 millones de personas que ascendió de la pobreza y que también ha pasado a consumir cultura.
En una entrevista para el diario O Estado de São Paulo, el antropólogo Hermano Vianna, unos de los principales expertos en música del país, explica que la ascensión de las nuevas clases medias se produjo al mismo tiempo que la cultura pasaba por una revolución digital. “El mundo de las compañías de discos, que comandaba el mercado mundial de música popular, prácticamente se desplomó. Miles de pequeños estudios surgieron en todas las periferias. Sus productos son distribuidos en Internet y son un éxito sin necesidad de radio, prensa o televisión”, argumentó.
Además, según él, las nuevas clases medias son un grupo “extremadamente heterogéneo respecto a estilos de vida y visiones de mundo”. “Quienes no viajan hacia el interior del país no se dan cuenta de este fenómeno. Cuando voy a cualquier local, lejos de las capitales, suelo encontrar a grupos súper articulados, con proyectos sociales y culturales que, muchas veces, tienen visibilidad en el extranjero”, dijo en la misma entrevista. “El pop periférico está entre las principales novedades culturales brasileñas de las últimas dos décadas”.
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