Doblete de debutantes en Málaga: Leticia Dolera y Francisco Espada

Cantera habitual de nuevos cineastas, el Festival de Málaga ha vuelto a dar hoy la alternativa a dos directores noveles, eso sí, con dos propuestas de muy distinto tono, Leticia Dolera con la comedia Requisitos para ser una persona normal y Francisco Espada con El país del miedo, una intriga.

Dolera, que ya había compaginado su trabajo de actriz con la dirección de cortometrajes, empezó a escribir el guión de su primer largometraje, inspirado en esa sensación que cualquiera ha tenido de ser diferente a los demás.

Tener trabajo, casa, pareja, aficiones, vida social y vida familiar y ser feliz son esos siete requisitos que la protagonista, interpretada por la propia Dolera, se marca en la vida. "En teoría, no está de moda ser normal, pero la sociedad envía permanentemente mensajes sobre la supuesta normalidad, qué talla hay que tener, qué tipo de ropa llevar, a qué trabajo se debe aspirar o qué pareja se debe desear", ha afirmado la directora.

La protagonista es una treintañera "que no se siente a gusto en su piel y decide convertirse en una persona normal con una serie de requisitos que vienen dados por la sociedad". "Quiero contar que lo mejor a lo que podemos aspirar es a ser nosotros mismos, que no deberíamos tener ninguna lista de requisitos, sino que nos la tenemos que inventar cada día, improvisarla, porque lo que nos hace diferentes nos hace únicos y especiales", ha resaltado.

Ella misma se siente parte de una generación de treintañeros que pensaban que los 30 eran la cima de la madurez, de la vida organizada, "pero se llega y se descubre que se lleva la misma vida que a los 20, o que hay que volver a empezar porque se replantea todo".

Por su parte, el extremeño Francisco Espada se formó como actor en Madrid, donde fue cofundador de la sala La cuarta pared, y ha sido productor, director y guionista de numerosos cortometrajes, pero ahora ha saltado al largometraje con El país del miedo, adaptación de la novela homónima de Isaac Rosa.

Se trata de una intriga social, como lo califica el propio Espada, sobre los miedos que atenazan de forma cotidiana y las distintas formas de reaccionar frente a estos miedos. Pese a que la historia arranca de una situación de acoso escolar, Espada ha resaltado que éste no es el tema principal de la película, sino que es "una reflexión más profunda sobre cómo el miedo condiciona las reacciones y comportamientos en la sociedad".

"Es una metáfora de la sociedad violenta en la que vivimos, con comportamientos poco empáticos en una sociedad tan competitiva en la que prima ser el ganador ante otras cosas, y lo que hace eso es generar frustraciones", ha afirmado en rueda de prensa Espada.

Al leer la novela de Isaac Rosa, vio "desde las primeras páginas que era susceptible de adaptarse al cine", y además tuvo "la sensación de que, hasta que no estuviera hecha la película, no estaría completa la novela". Isaac Rosa ha descubierto al ver la película "cómo han cambiado las cosas" desde que publicó la novela en 2008, el año en que comenzó la crisis económica.

"Quería abrir una reflexión sobre la presencia del miedo en nuestras vidas y en nuestra sociedad, en el país del miedo previo a 2008, cuando veníamos del 11S y nos sentíamos vulnerables por una amenaza difusa en el ambiente, y ahora vivimos con otros miedos sociales y económicos que no estaban en mi libro y que hemos sumado a aquellos miedos, que no han desaparecido", ha explicado Rosa.