_
_
_
_

Robin Thicke y Pharrell Williams, condenados por plagio a Marvin Gaye

Los músicos deberán pagar 7,4 millones de dólares a los hijos de la estrella del soul por su éxito de 2013 'Blurred lines'

Pablo Ximénez de Sandoval
Pharrell Williams y su esposa, el pasado miércoles en los juzgados de Los Ángeles.
Pharrell Williams y su esposa, el pasado miércoles en los juzgados de Los Ángeles.Nick Ut (AP)

Un tribunal federal de Los Ángeles condenó este martes al cantante Robin Thicke y al productor Pharrell Williams a pagar 7,4 millones de dólares a los hijos de Marvin Gaye por plagio. El jurado considera que la canción Blurred lines, uno de los mayores éxitos musicales de 2013, es copia del éxito Got to give it up, grabado por la leyenda del soul en 1977. La sentencia exculpa a la compañía de discos.

La similitud de las canciones fue puesta de manifiesto al poco de su publicación. Thicke, Williams y T.I., el otro productor, buscaron una decisión judicial que certificara la originalidad de su trabajo, y los tres hijos de Gaye, fallecido en 1984, contraatacaron con una demanda. La sentencia les otorga 4 millones de dólares por perjuicios y 3,4 millones como parte en los beneficios.

Robin Thicke, en el juzgado.
Robin Thicke, en el juzgado.DAVID BUCHAN (AFP)

En una serie de entrevistas de promoción del disco, Thicke aseguraba que Got to give it up había sido la inspiración directa de la canción. El 7 de mayo, la revista GQ publicaba una entrevista en la que Thicke decía: “Pharrell y yo estábamos en el estudio y yo le dije que una de mis canciones favoritas de todos los tiempos era Got to give it up. Le dije ‘maldita sea, tenemos que hacer algo como eso, algo con ese groove’. Entonces empezó a tocar aquí y allá y literalmente escribimos la canción en media hora y la grabamos”.

Thicke figura como coautor de la canción, pero durante el juicio aseguró que en realidad esas cosas las decía porque estaba bajo los efectos de tranquilizantes y alcohol que por entonces tomaba a diario. La línea de defensa fue que era algo que dijeron para vender mejor la canción. En el juicio, Thicke dijo que en realidad él solo había dado la idea, y que fue Williams quien se puso a experimentar ritmos hasta que tuvo la canción terminada en poco más de una hora.

Videoclip de 'Blurred Lines'. | VEVO

Durante el juicio, Thicke tocó varias canciones al piano para demostrar al tribunal que muchas veces la diferencia entre inspiración y plagio no está clara. El juicio ha sido muy seguido por la industria porque puede marcar un precedente sobre cómo se componen los éxitos actuales. Williams reconoció durante el juicio que la canción tenía el feeling setentero del éxito de Gaye, pero defendió su originalidad. Williams se declaró admirador del genio del soul desde pequeño: “Lo último que quieres hacer como creador es tomar algo de alguien a quien amas”, dijo en el estrado.

La canción Blurred lines fue un éxito mundial hace dos años y supuso unos ingresos de 5,6 millones de dólares para Thicke, 5,2 millones para Williams y entre 5 y 6 millones para la compañía de discos, además de 8 millones en beneficios.

Marvin Gaye interpretando 'Got to give it up' en la televisión en 1977.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_