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crítica | ex_machina
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El miedo artificial

Película de cámara, con apenas tres personajes y escenario único, de aliento trascendente, es una obra deliberadamente fría

Javier Ocaña
Alicia Vikander, en 'Ex_machina'
Alicia Vikander, en 'Ex_machina'

"Creo que sabe lo que ocurre tan bien como yo (...). Sé que usted y Frank planeaban desconectarme, y me temo que eso es algo que no puedo permitir", argumentaba Hal ante el astronauta Bowman en 2001: una odisea del espacio. Desde su lógica implacable, como una máquina que se comporta en todos los aspectos con inteligencia, y que por tanto debe ser inteligente, que diría Alan Turing en su test, Hal alcanzaba ese momento en el que las máquinas tocan con los dedos el gran salto: ¿tienen inteligencia y conciencia o simulan tenerla? Una pregunta clave que reside en la base de la interesante película británica Ex_machina, ciencia ficción adulta (o hard, según el término anglosajón) que, partiendo de los postulados de Turing (hoy en boga gracias a The imitation game), aterriza en un futuro que se presenta como presente inmediato y en el que la última generación del clásico científico loco ha construido una robot mujer con emociones.

EX_MACHINA

Dirección: Alex Garland.

Intérpretes: Domnhall Glesson, Oscar Isaac, Alicia Vikander, Corey Johnson.

Género: ciencia ficción. Reino Unido, 2015.

Duración: 108 minutos

Película de cámara, con apenas tres personajes y escenario único, una casa ultramoderna en un rincón perdido del mundo, de aliento trascendente y resultados entre la inquietud, el magnetismo y una cierta morosidad, Ex_machina es una obra deliberadamente fría. Helada. Alex Garland, joven estrella de la literatura a los 25 años gracias a La playa, guionista de 28 días después, Sunshine y Nunca me abandones, y aquí director debutante, ha compuesto una obra minimalista incluso en su partitura musical, con apenas unas notas repetidas hasta la extenuación. Colores, ritmo, banda sonora y puesta en escena, de una calma pasmosa, confluyen así en un estilo del que se pueden quedar fuera los que busquen simplemente entretenimiento. De la sexualidad como esencia o como táctica de distracción hasta el cuaderno azul de Wittgenstein, las referencias de Ex_machina son de altura, y, en la línea de ciertos subtextos de la serie Black mirror, quizá lo que más aterre sean esas menciones a los criterios de búsqueda en internet como futuro (o presente) método de espionaje, computación y terror. "Tengo miedo, Dave", decía Hal en 2001 mientras éste lo desconectaba. Nosotros también, Hal.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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