‘Timbuktu’ arrasa en los César

Los rumores habían empezado a correr con vigor en las últimas horas y se terminaron por confirmar a medida que avanzaba la ceremonia. Timbuktu no era la favorita, pero ha terminado por arrasar. La película, firmada por el cineasta Abderrahmane Sissako (Mauritania, 1961), triunfó este viernes en la edición 40 de los premios César del cine francés, donde fue recompensada con siete galardones, incluidos el de mejor largometraje, mejor director y mejor guion original. Estrenada en España a principios de febrero, Timbuktu sale catapultada de cara a la ceremonia de los Oscars que se celebrará este domingo, en la que aspira a la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa.

La película parte de un suceso real, acontecido en Mali hace tres años, para abordar a través de él uno de los grandes conflictos geopolíticos en el mundo de hoy. En 2012, una pareja fue lapidada a manos de los islamistas en Aguelhok, al norte del país. El motivo es que, al no estar casados, cometían un grave delito contra la ley religiosa. A partir de esta historia, Sissako reproduce la vida diaria en un pueblo cercano a la ciudad santa de Tombuctú, gobernado estrictamente según la charía y donde actividades aparentemente inocuas, como la música y el futbol, están terminantemente prohibidas.

No fue el primer premio a un realizador nacido en el extranjero –ya en los setenta ganó Joseph Losey, seguido de Roman Polanski, Ettore Scola y Michael Haneke–, pero su victoria tuvo algo de histórico. La carga simbólica del galardón a Sissako resultaba evidente. Por una parte, marca una apertura poco habitual en el cine francés. Por la otra, resuena como pocos títulos en la actualidad. No cabe duda de que el clima político y social, tras los atentados yihadistas que la capital francesa padeció en enero, ha influido en la rotunda victoria de la película en los César.

Sissako reproduce la vida diaria en un pueblo cercano a la ciudad santa de Tombuctú

Timbuktu superó de largo a los dos biopics de Yves Saint Laurent, que partían como favoritos al ser las dos cintas más nominadas, y de un superéxito comercial como La familia Bélier, emotiva comedia que acaba de superar los seis millones de espectadores. Las menciones a la actualidad se sucedieron en una ceremonia celebrada en el mítico Teatro del Châtelet. Sissako subió al escenario hasta en tres ocasiones. “Francia es un país magnífico, porque es capaz de levantarse contra el horror, la violencia y el oscurantismo”, afirmó Sissako al recibir el César a la mejor realización. “Quiero decir que no hay un choque de civilizaciones. No existe tal cosa. Lo que hay es un encuentro de civilizaciones”. La película fue presentada en el pasado Festival de Cannes –“fue nuestra primera luz”, reconoció ayer el director–, donde recibió una buena acogida pero se terminó marchando sin premio. Desde entonces, la película ha ido ganando enteros. El pasado otoño, su estreno en Francia supuso una apoteosis de críticas excelentes y un éxito imprevisto de público. A día de hoy, más de 600.000 espectadores ya han visto la película, coproducción entre Francia y Mauritania.

Más de 600.000 espectadores ya han visto la película

En las categorías interpretativas, los César premiaron al último relevo del cine francés, prefiriendo a actores jóvenes por encima de vacas sagradas. Pierre Niney, niño mimado del cine francés y estrella de la Comédie Française a los 25 años, se hizo con el premio al mejor actor por Yves Saint Laurent, una de las dos biografías en liza por los César. Adèle Haenel, intérprete marciana de 26 años que ya se había hecho con un premio en la edición anterior, triunfó como mejor actriz por su aguerrido personaje en Les combattants, superando a nominadas como Juliette Binoche, Marion Cotillard y Catherine Deneuve. La película, que también se hizo con el César al mejor debut, llegará a España esta primavera. Se trata de un prometedor debut que arrasó en la última edición del Festival de Cannes y que se ha convertido en otro de los éxitos sorpresa del año en Francia.

Reba Kateb, superdotado intérprete francés de origen argelino que fue revelado por Jacques Audiard en Un profeta, confirmó su estatus de figura ascendente en el cine galo al ganar el premio al mejor secundario por Hippocrate, otra pequeña cinta presentada en Cannes que ha terminando convirtiéndose en una de las películas del año. En otro giro sorprendente, Kristen Stewart se hizo con el premio a la mejor actriz secundaria por Sils Maria, lo último de Olivier Assayas, que no ganó ningún otro galardón. Dejando atrás la saga vampírica Crepúsculo, que la convirtió en ídolo de adolescentes, Stewart había recibido excelentes críticas por su papel de asistente de una estrella de la interpretación. Con este premio parece acceder definitivamente a la liga del cine de autor.

Por su parte, Sean Penn fue galardonado con un César de Honor, que le fue entregado por Cotillard en un discurso plagado de elogios, que parecía certificar la historia de amor que los franceses viven con el actor y director californiano. El desaparecido Alain Resnais fue objeto de un homenaje por parte de tres de sus actores fetiche, Lambert Wilson, Sandrine Kiberlain y Pierre Arditi, que cantaron las canciones de sus películas y terminaron besando a su viuda, la actriz Sabine Azéma, en uno de los momentos más emotivos de una gala larga y tediosa, de 3 horas y 50 minutos de duración, superando incluso la plusmarca de los Goya.