Los Ángeles se prepara para lucir dinero y hacer caja
Los Oscar suponen una inyección de cerca de 200 millones de euros en la ciudad
Son días complicados en el cuartel general de KLS Services en Van Nuys, al norte de Los Ángeles. Alrededor de 50 vehículos de lujo tienen que estar perfectos y disponibles entre viernes y lunes. Esta veterana compañía de transporte es una de las preferidas para contratar las limusinas que pasarán por delante de la alfombra roja el domingo de los Oscar, ante millones de espectadores, y de las que se bajarán las estrellas. Esta empresa de transporte aumenta su plantilla en un 100% en este fin de semana. Alrededor de la entrega de premios hay recepciones, decenas de fiestas, actos publicitarios que suponen gasto en limusinas, flores, vestidos, joyas, catering, maquillaje seguridad, producción… Los Oscar suponen una inyección económica para la ciudad, miles de empleos temporales y su gran escaparate al mundo.
Según un informe de la consultora local Micronomics, el impacto de los Oscar de 2013 en el condado de Los Ángeles (88 ciudades y 10 millones de habitantes) fue de 67 millones de dólares inmediatos en gastos como limusinas (1,8 millones), fiestas (6 millones), gastos directos en la ceremonia (26 millones), incluyendo 2 millones en impuestos estatales y 1,7 en impuestos locales. El informe calcula además que si solo un 0.25% de los espectadores (42 millones de personas el año pasado solo en EE UU) decide visitar Los Ángeles gracias al evento, se pueden contar 150 millones más, con lo que el impacto económico se cifra en más de 200 millones de dólares.
Roy Weinstein, autor del informe, asegura que las cifras serán parecidas este año, con la diferencia de que al haber más nominados en algunas categorías el impacto puede ser ligeramente mayor. Lo importante, es la imagen de la ciudad. “Ese día la costa Este estará helada y la gente no podrá ir al trabajo o al colegio por la nieve. Y van a ver una alfombra roja con gente en mangas de camisa y un día estupendo. Algunos pensarán que es un buen sitio para ir de vacaciones”, dice Weinstein.
Según un informe de la consultora local Micronomics, el impacto de los Oscar de 2013 en el condado de Los Ángeles (88 ciudades y 10 millones de habitantes) fue de 67 millones de dólares
La alfombra roja es para todos. “Esto es una alfombra roja también para nosotros. No es el día con más facturación del año. Pero es el día en que nos la jugamos como empresa en la alfombra roja”, dice Alex Bardahani, propietario de KLS Services, con 17 años de experiencia en el servicio de limusinas. Para empresas como esta, dar un servicio perfecto en los Oscar, la fiesta con mayor proyección mediática del mundo, es su garantía de negocio el resto del año en una ciudad que alberga también los Grammy, los Emmy, los Globos de Oro y decenas más y por la que las estrellas de cine se mueven de evento en evento a diario. “No te puedes permitir que un conductor no se comporte bien en la alfombra roja, hay millones mirándote”. Un error ante las cámaras el domingo les dejaría prácticamente fuera del negocio.
El informe de Micronomics también calcula el gasto en fiestas alrededor de los Oscar en 5,6 millones de dólares, que suma las fiestas patrocinadas y las privadas. Este año, la revista The Hollywood Reporter ha contado 34 reuniones sociales entre el viernes y el domingo, desde la fiesta de la Fundación SIDA de Elton John, hasta la de la casa de Madonna, pasando por las de Vanity Fair, Fox o Sony.
El informe solo habla de gasto directo. No tiene en cuenta que el cine es, además, la industria local. El impulso de taquilla que supone una nominación a mejor película también revierte en la economía de la ciudad.
El trabajo de empresas como KLS Services normalmente dura todo el fin de semana. El coche lo contratan las productoras para ponerlo a disposición de sus clientes desde el sábado por la mañana hasta el lunes. “La mayoría de los movimientos son en los días previos”, explica Bardahani. “Hay que llevarlos a peluquería, a las tiendas de ropa de Rodeo Drive, a las joyerías” y a las fiestas de antes y después de lo que se ve por televisión. Los conductores firman un contrato de confidencialidad, según confirma Jack Nissim, manager de KLS. Una sola pista a los paparazis sería el fin de la empresa.
En la sede de KLS Services pulían cera el viernes sobre los Cadillac, Lincoln y Mercedes que se usarán este fin de semana. Últimamente ya no se llevan las limusinas largas, aseguran, sino los 4x4. Un cliente ha pedido un maserati, otro un rolls royce. “Olvida los premios. Lo importante el domingo es cómo lucen en la alfombra roja. Nosotros, igual”, dice Bardahani. Desde el punto de vista de la ciudad, da igual quién gane el Oscar. Es el día en que Los Ángeles pisa la alfombra roja y sonríe en televisión. El día en que la capital del espectáculo, como negocio, se la juega.
Babelia
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