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COLUMNA | EL HOMBRE QUE FUE JUEVES
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

NT Live: teatro en pantalla

Marcos Ordóñez

Una idea fantástica: se llama NT Live y permite ver los mejores montajes del National Theatre británico y de otros teatros en pantalla grande. Comenzaron en 2009, en 70 cines del Reino Unido. Hoy se emiten en 700 salas de todo el mundo. Los jueves, para no hacer competencia a las películas. Les cuento lo que sé del procedimiento. Los equipos técnicos levantan filas de butacas para colocar cámaras, grúas y travellings, y durante una semana ensayan para fijar los movimientos. Se filma en riguroso directo y se emite ese estreno, vía satélite y simultáneamente, en los cines que forman parte del “programa NT”, salvo en los países (Estados Unidos, por ejemplo) donde la diferencia horaria obliga a exhibir la copia grabada, unos días más tarde. Esas copias se vuelven a pasar bajo el muy teatral nombre de Encores (o bises, en castellano), y son las que por fin podremos ver en nuestro país, en versión original subtitulada, ofrecidas por la cadena Yelmo, y de momento solo en tres ciudades: Madrid (Ideal), Barcelona (Icaria) y Valencia (Campanar).

Hará un par de semanas asistí a la proyección de Frankenstein (2013), adaptada por Nick Dear y dirigida por Danny Boyle, uno de los grandes éxitos del NT, con Benedict Cumberbatch y Johnny Lee Miller, que en Londres intercambiaban los papeles del doctor y su criatura. (En la versión filmada, Cumberbatch interpretaba al monstruo: un extenuante trabajo físico y emocional). La calidad de imagen, con multiplicidad de planos, y de sonido es impresionante. No tiene la potencia del espectáculo en vivo; no se respira al unísono, no son iguales los silencios del público, pero es toda una experiencia. Y un regalo, desde luego, para quienes no pueden viajar al West End o a Broadway.

Esta temporada, la cadena Yelmo ha programado otras tres sesiones. El 15 de enero llega la segunda, A Streetcar Named Desire (Un tranvía llamado deseo), el clásico de Tennessee Williams, en una producción del Young Vic del pasado verano, dirigida por Benedict Andrews, con Gillian Anderson como Blanche y Ben Foster como Stanley. El 19 de febrero podrá verse la tercera, Skylight, de David Hare, dirigida por Stephen Daldry, presentada en el NT en septiembre, protagonizada por Carey Mullian y Bill Nighy. La función de Hare, por cierto, se repuso hará un par de años en el Español, bajo el título de A cielo abierto, con José María Pou y Nathalie Poza. También fue un éxito, en el mismo teatro, De ratones y hombres, de John Steinbeck, en montaje de Miguel del Arco, y el 16 de abril podrá verse la producción del Longacre Theatre de Broadway, con la firma de Anna Shapiro y un reparto encabezado por James Franco y Chris O'Dowd, en los papeles que aquí corrieron a cargo de Fernando Cayo y Roberto Álamo.

Mientras veía Frankenstein no pude dejar de pensar cuántos grandes espectáculos del pasado podrían haberse filmado de contar con una iniciativa como esta (y con sus medios técnicos, claro está). En Estados Unidos, la Liga de Teatros de Broadway lleva grabando funciones desde hace cinco décadas, e incluso comercializó diez de ellas en vídeo en los años ochenta. Pueden verse en la sede de Performing Arts de la Biblioteca Pública de Nueva York, en el Lincoln Center. Y los aficionados a la escena británica pueden comprar y ver en ordenador las producciones del West End que ofrece la web Digital Theater.

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