La ternura de los monstruos
Los largos del estudio Laika, Arcadia de la stop-motion, llevan una indispensable rúbrica en sus títulos de crédito: un regalo para los incondicionales de la especialidad, que desvela algún delicado detalle del proceso creativo. Si en El alucinante mundo de Norman (2012) se asistía a la laboriosa génesis de su protagonista —del armazón metálico hasta el personaje acabado, que abandonaba la escena por su propio pie—, la propina de Los Boxtrolls sube la apuesta: dos personajes secundarios, que se han pasado la película interrogándose sobre la maldad o bondad de sus acciones, conversan y reformulan el arte de la stop-motioncomo metáfora existencial, mientras a su alrededor se percibe, como una fantasmagoría, el frenesí del animador moviendo sus figuras y dando forma a sus expresiones faciales. Un golpe maestro para desvelar el trabajo titánico tras la fluidez formal de la película y, al mismo tiempo, un magnífico metarrelato breve.
LOS BOXTROLLS
Dirección: Graham Annable y Anthony Stacchi.
Animación.
Género: Fantástico.
Estados Unidos, 2014
Duración: 96 minutos.
Graham Annable y Anthony Stacchi, experimentados en el ámbito de la animación digital, debutan aquí en la dirección de largos, subrayando el estrecho vínculo expresivo que la animación artesanal de modelos mantiene con una imagen de síntesis que deriva de ese tronco estético.
Los Boxtrolls carga con el peso de no poder medirse con la insuperada excelencia de Los mundos de Coraline (2009), primera película del estudio, pero su resultado es brillante.
Basada en un libro infantil de Alan Snow, la película remite en su estética a las ilustraciones del británico Ronald Searle para describir el pulso entre la diferencia —los Boxtrolls del título, duendes subterráneos afines a la invención— y un poder literalmente maloliente (por su apasionada apreciación del queso). El mecanismo narrativo, con sus padres desafectos o ausentes y su clímax final en clave steampunk, es más previsible y convencional que las sutiles formas —aplauso para la presentación, puramente visual, de los Boxtrolls—, pero la convicción y el brillo expresivo con que se desgrana el cuento dejan en bastante mal lugar a las desganadas excursiones animadas del último Tim Burton. Aquí hay ingenio, poesía y placer por renunciar al camino más corto.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.