“Hay que contar la leyenda, no la realidad”
El escritor leonés publica su tercer libro de cuentos, en el que predomina "lo maravilloso"
Las historias "con elementos fantásticos" que su padre contaba al calor de la lumbre en las frías noches de Villaseca de Laciana, el pueblo minero de León donde se crió, influyeron en que Pablo Andrés Escapa se hiciera escritor. Nacido en 1964, licenciado en Filología Clásica, Escapa pasa sus días entre libros, como bibliotecario en el Palacio Real, en Madrid, y escribiéndolos: ha publicado su tercer volumen de cuentos, Mientras nieva sobre el mar (Páginas de Espuma), con muy buenas críticas en la prensa. También ha publicado una novela, Gran Circo Mundial (2011), y un ensayo sobre el cine de vaqueros y su reflejo en la vida real: Cercano Oeste (2012). Sin embargo, el cuento es su género favorito porque “permite dar una capacidad simbólica al relato, usar un lenguaje metafórico, que no preciosista, y experimentar”. A Escapa le gusta escribir despacio, con una paciencia digna de su ideal de la felicidad: pescar truchas en los ríos de la comarca leonesa de Babia.
“El origen de mis cuentos puede llegar por una imagen, o a veces está en una palabra o en un libro, ahí la biblioteca del palacio es responsable”. Robinsón, el primer relato de Mientras nieva sobre el mar, tiene un comienzo que atrapa: “Por algún error que acabé aceptando como una de esas justicias inusuales del destino, recibí por correo un manual de instrucciones para levantar un faro”. Escapa intenta que “el arranque sea siempre potente; el final se me rebela pronto y luego queda el centro del texto, lo más complicado. Además, cada historia tiene sus tiranías y si admites una frase porque queda bien, el cuento ya tiene que ir por ese derrotero”.
El paisaje es clave "pero no como postal, sino como elemento dramático"
Incluido en 2010 en la antología Siglo XXI, los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto Ediciones), Escapa se ha unido a la lista de escritores leoneses reconocidos y que suelen contar historias vinculadas a su tierra: el académico Luis Mateo Díez, Julio Llamazares, José María Merino o Andrés Trapiello… “Creo que es porque trabajamos fuera de la provincia. Es una zona con un sustrato de oralidad y de cultura popular fuerte”. El paisaje también es clave “pero entendido no como postal, sino como elemento dramático o que refleja el estado de ánimo de los personajes”. Entre esos personajes de los 14 cuentos de Mientras nieva sobre el mar hay una castañera que bebe, un hojaletero que vive en una cueva, un cartero que lleva entre la nieve sus envíos, un barón que fabrica autómatas… Seres a los que les suceden hechos fantásticos: “Eso me permite trascender la realidad, lo palmario. No contar las cosas como son, sino cómo deberían ser”. Por eso, lo cotidiano como materia literaria le gusta poco. “No quiero narrar la realidad, como historias de Madrid o de su metro. Sino de un mundo que yo quisiera que existiese. Hay que contar la leyenda”.
Ese protagonismo de “lo maravilloso” va unido a la presencia de niños en sus cuentos. “Es que son los que tienen esa ingenuidad, esa disposición para creer historias”. ¿Y la presencia de la religión? “Está pero no como doctrina, sino en aspectos míticos, me interesa la espiritualidad. Si meto a los Reyes Magos en un cuento, no hay que explicar más, ya se sabe qué es”.
Así, en el mundo literario de historias conmovedoras y rurales de Escapa chirriarían los Facebook, Twitter… “Las redes sociales es algo que te quita tiempo para leer, por ejemplo, puedo vivir sin ello perfectamente. No soy un ser retrógrado pero no encuentro satisfacción en soltar pitidos por ahí. No aporta nada. Ni siquiera como materia literaria y si alguna vez hiciera algo sería paródico”.
"El origen de mis relatos puede llegar por una imagen, o a veces está en una palabra"
Escapa cierra el círculo de Mientras nieva sobre el mar con el cuento Náufrago: “Como me temía, detrás de la botella llegó el náufrago”. Este último relato le sirve para terminar el primero, que había quedado en el aire y, a la vez, explicar el propio libro: “Tiene el mismo sentido que cuando acaba una obra de teatro y salen a saludar todos los personajes”.
Babelia
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