_
_
_
_
CÁMARA OCULTA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Floreciente cine vasco

Al recoger el premio Zinemira que entregan los productores vascos a toda una carrera, Pedro Olea, el ganador de este año, dijo que se sentía feliz al ver que en esta edición del festival de San Sebastián se habían seleccionado películas vascas en casi todas sus secciones, y que algunas de ellas, como Lasa y Zabala y Loreak (Flores) habladas íntegramente en euskera.

Es evidente que desde hace unos años el cine vasco ha tomado un notable empuje gracias a las ayudas económicas de su gobierno, y que además está contando historias cercanas como, entre otros directores, ya hiciera Imanol Uribe sobre el terrorismo (Días contados), también entre otros, Ricardo Gascón sobre la homosexualidad encubierta (Ander), sin olvidar a Eloy de la Iglesia que denunció la intencionada expansión de la droga en el País Vasco, o a Antxon Eceiza que impulsó unos noticiarios (Ikuskas), que hablaban de la necesaria recuperación de la dentidad vasca. Las inteligentes ayudas oficiales a la producción local han ido levantando una industria que en Euzkadi era inimaginable en tiempos predemocráticos, aunque excepcionalmente existieran conatos, como el documental Ama Lur (1968), considerado hoy como una joya del cine vasco. Fue obra básicamente del artista Nestor Basterretexea, que también ejerció ocasionalmente de director del festival de cine, y que ha fallecido hace dos meses.

También ha muerto este año Ramon Labaien quien como consejero de Cultura del primer Gobierno vasco tras la aprobación del Estatuto de Gernika creó las ayudas a la cinematografía sabiendo que el cine es una de las mejores formas de propagar la cultura nacional. Y quien también como alcalde de la ciudad recuperó para el festival de cine en 1985 la llamada clase A como uno de los más importantes del mundo.

Mientras el gobierno de Madrid sigue entrando a matar con el cine español yéndoseles la fuerza por la boca –por ejemplo en el forzado optimismo del ministro Wert en sus discursos-, en otros lugares del Estado por no decir de Europa, se sigue considerando el cine como un bien cultural necesario. Como lo vio en su momento el político Ramon Labaien a quien el festival de San Sebastián debió rendir homenaje, aunque fuera con un simple recuerdo, Pero, ay, se les olvidó.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_