Entusiasmos y escepticismos en torno al Congreso del cine español

Hay una opinión unánime: la situación es insostenible. Lo que viene después es otra cosa. El anuncio de la convocatoria de un Congreso de Cine para debatir los problemas por los que atraviesa la industria audiovisual ha pillado por sorpresa a muchos de los afectados. El formato es lo que más dudas provoca entre productores, actores y realizadores. El Congreso de Cine, cuyo manifiesto leerá el próximo sábado 27 Manuel Gutiérrez Aragón en el Festival de Cine de San Sebastián, no tiene fecha de celebración pero ya ha creado cierta expectación. El productor Agustín Almodóvar es escéptico en cuanto al formato ­–“Se me escapa la valoración sobre lo que puede ser más práctico, quizás deberíamos abrir un debate sobre el propio formato”- pero de lo que no tiene duda es de los beneficios que puede traer una gran reunión de este tipo. Recién aterrizado en París, Almodóvar se confiesa asustado sobre el panorama que vive la industria, que califica de “muy negativo”. “El Gobierno ha conseguido sembrar el desánimo en el sector, incluso en un año en el que habrá record de taquilla española. Si este Congreso sirve para que nos reunamos todos los agentes de la industria y debatamos me parece una buena idea. Hay muchos temas sobre la mesa y no solo la falta de financiación, también el papel de las televisiones privadas que se está convirtiendo en una competencia desleal. Se me escapa porqué este gobierno no valora a este sector del cine como algo estratégico, al igual que en países de nuestro entorno, como Francia, Alemania o Italia”.

Un poco más lejos, en Edimburgo (Escocia), Iciar Bollain esperaba en el aeropuerto la salida de un avión para poder viajar a San Sebastián, donde presentará el primer documental de su carrera, En tierra extraña. “Me parece bien hablar y poner en común todos nuestros problemas. No será fácil porque lo primero será conseguir ponernos nosotros de acuerdo, pero lo que está claro es que debemos buscar una voz común, porque evidentemente es el Gobierno el que tiene gran parte de la solución”, aseguraba por teléfono.

El objetivo del congreso es reunir al mayor número posible de representantes del sector y así se planteará el próximo sábado. Al actor Raúl Arévalo, que presenta mañana en la sección oficial del Zinemaldia La isla mínima, dirigida por Alberto Rodríguez, y que volverá la semana que viene para el estreno de Murieron por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta, también en la sección oficial pero fuera de concurso, ya solo la palabra congreso le provoca desasosiego. “¡Qué pereza! El congreso me suena a gente hablando, hablando, hablando y quejándose… pero si eso puede contribuir de alguna manera a solucionar algún problema, si sirve para algo, bienvenido sea”, explica el actor que no sabe lo que puede pasar en ese gran encuentro. Alberto Rodríguez, aun desconociendo el posible desarrollo de la cita, reflexionaba sobre la “absoluta necesidad” de buscar soluciones a “una situación insostenible”.

El también realizador Pablo Berger cree que “hablando se entiende la gente”. “Un encuentro con todos los jugadores de la industria y que incluya la autocrítica es un paso adelante. Sin embargo, no podemos olvidar al público español y la mala imagen que damos de nosotros mismos”. Sobre el formato del evento, el director de Blancanieves explica: “Habrá que ver el desarrollo. Y, sobre todo, lo importante son las conclusiones que deberían de convertirse en acciones a aplicar urgentemente. Hace falta voluntad por parte de todos para cambiar la situación, aunque no puedo olvidar que el dueño de la pelota es el gobierno”.

Este cierto optimismo no es compartido en absoluto por el veterano productor Gerardo Herrero. “Dudo mucho que un congreso que no esté auspiciado por el gobierno en el poder sirva para algo, porque si ellos luego no asumen las conclusiones todo lo que se debata será papel mojado”, asegura Herrero, quien no tiene nada claro la forma elegida para la cita. Para este productor, las diferentes opiniones “encontradas” dentro del propio sector industrial sobre el futuro modelo de negocio tampoco facilitarán el éxito de la convocatoria, aunque apoya la discusión y el debate, que siempre vendrán bien en este “pésimo” panorama. “Yo creo que en ningún lugar del mundo se ha debatido en un congreso el futuro de la industria cinematográfico. Las conversaciones de Salamanca tuvieron lugar en un momento y un tiempo adecuado. Ahora, no lo sé”.

Todas estas dudas pueden volver a saltar cuando el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, entregue el Premio Nacional de Cinematografía a la guionista Lola Salvador, en un acto que aglutina a representantes de toda la industria española.