Exhibición impúdica

En septiembre de 2011, en plena gira promocional de la traducción al holandés de su novela El mapa y el territorio, diversos medios se hicieron eco de la enigmática desaparición del escritor Michel Houellebecq, que no acudió a los actos programados en Amsterdam, La Haya y Bruselas. Con la complicidad del escritor y cineasta Guillaume Nicloux —que le había confiado un pequeño papel en su película para televisión L’affaire Gordji, histoire d’une cohabitation (2012)—, Houellebecq representa su propia versión de los hechos en El secuestro de Michel Houellebecq, una película donde parece empeñado en destronar al Truman Capote de Un cadáver a los postres (1976) como literato capaz de asumir un papel más delirante e impúdico en la gran pantalla.

En El mapa y el territorio, el propio Houellebecq se autorretrataba como una “oveja torturada que ahora balanceaba la cabeza devorando lonchas de paté de campaña, manifiestamente indiferente de pronto a todo lo que pudiese asemejarse a una pasión amorosa, y también seguramente a cualquier relación humana”. En la película de Nicloux, el escritor se hace su propio celebrities chanante, aceptando su destino de secuestrado por unos matones desconocidos con la estratégica mansedumbre de quien revelará un gran poder para la erosión pasivo-agresiva de sus captores. Houellebecq negocia con poemas para obtener la compañía de una joven prostituta, fuma y bebe (Ribera del Duero) como si no hubiera un mañana, se enfurece discutiendo sobre Tolkien y aprende, en un incómodo recital de humor físico, algunos rudimentos de lucha libre. Quizá esta película divertidísima, pero muy consciente de su poca importancia, no le ayude en su prestigio literario, pero le acredita como eficaz comediante y gran caricatura de sí mismo. Gustave de Kervern y Benoît Delépine también le han fichado para protagonizar su próxima comedia, Near Death Experience, cuyo estreno francés será en septiembre.