Más que un gesto pareció una burla
La presencia de El Juli en la corrida de La Quinta se anunció como un mérito y acabó abroncado
Si es que la fiesta de los toros está sin rumbo. Hasta el espontáneo que saltó antes de salir el sexto fue un esperpento. No era ningún chaval en busca de una oportunidad, sino un veterano que apareció en la arena cuando aún no estaba el toro. Vamos que ya sabía lo que hacía…
La tarde era un gesto de las figuras actuales. Se anuncian con La Quinta en Bilbao y luego ni un esfuerzo de más. Es curioso, pero las dos veces que El Juli se ha medido con los toros de esta ganadería de origen Santa Coloma han sido los únicos días malos de esta divisa en la temporada. En ambas corridas, Mont de Marsan y Bilbao, el madrileño ha sido despedido con pitos. En Francia, Fandiño salió en hombros aquella tarde, en Bilbao ni el de Orduña tocó pelo.
QUINTA / FERRERA, JULI Y FANDIÑO
Seis toros de La Quinta, uno sobrero que hizo sexto lugar, desiguales de presentación y con poca fuerza. Antonio Ferrera: dos pinchazos, media y cuatro descabellos (algunos pitos) y pinchazo y estocada (saludos). El Juli: metisaca (silencio) y pinchazo, estocada tendida y estocada (pitos). Iván Fandiño: dos pinchazos, media y dos descabellos (saludos) y tres pinchazos y media estocada (ovación tras aviso).
Plaza de Toros de Vista Alegre. 23 de agosto de 2014. Media entrada. Décimo festejo de las Corridas Generales
Para los ingenuos no puede ser otra cosa que casualidad, pero los que quieran dar una vuelta de tuerca a su pensamiento comprobarán que todas las tardes hay triunfos con los toros de La Quinta si los lidian los Ureña, Escribano, Adame o Robleño.
Hace una semana, en Gijón dos toros de esta divisa fueron premiados con la vuelta al ruedo, ayer en Bilbao los dos primeros salieron moribundos a la arena, como atontados, con unos movimientos desorientados que pueden hacer pensar cualquier cosa.
Hablaron de gesto cuando salieron los carteles, pero en el ruedo nada de nada. El Juli vio cómo se murió su primer enemigo después de un metisaca para el sonrojo. Se murió, porque matarlo es otra cosa. En el quinto, lo miró y lo volvió a mirar; incluso de cerca. Pero de torear nada, y de hacer un gesto, menos. Y claro, el público se enfadó y le dedicó unos pitos, de los de Feria de Bilbao, educados y de poca duración. En una plaza seria, bronca, pero en Bilbao estamos en fiestas y sólo se la echaron cuando abandonó la plaza.
Las dos únicas faenas las hizo Iván Fandiño. Tampoco tuvo un lote para soñar, pero por lo menos puso empeño y dejó algunas series buenas por ambos pitones en el flojito tercero. Con el sobrero que cerró la tarde muleteó a media altura. Poco, pero por lo menos quiso.
Antonio Ferrera ha decidido tomar el relevo de Luis Francisco Esplá y lo está bordando. Una buena puesta en escena, pero hay mucho cite al hilo y mucho pasito de precaución.
En el primero poco había que hacer, pero qué menos que doblarse y hacer una labor digna. En el cuarto se quedó a medias. ¿Por qué no siguió con las dos buenas series del inicio de la faena? Él sabrá, pero acabó embarullado antes de volver a pinchar.
Babelia
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