La vida y nada más
Destin Daniel Cretton logra con 'Las vidas de Grace' trasmitir el día a día de unos hogares de acogida para adolescentes
Como un rastro de miguitas, las decenas de premios que ha obtenido Las vidas de Grace en 2013 llevan sí o sí hasta el alma de Destin Daniel Cretton, nacido en Maui, Hawái, hace 35 años. En 2009 su primer corto, Short term 12, ganó en Sundance el premio del jurado. Se basaba en una historia que había filmado como proyecto de fin de carrera. Así que tras debutar en el largo con I am not a hipster (intrigante título que en realidad bucea en la escena musical indie de San Diego), y llegado el momento de confirmar su talento, volvió a esa idea que le ha acompañado casi una década: la vida dentro de las casas de acogida de chavales con problemas. Reescribió el corto, lo alargó, cambió el sexo del protagonista, ahora femenino y (re)nació en 2013 Short term 12, en España Las vidas de Grace. Y su delicada y a la vez humana visión a través de una pareja de tutores del hogar, con un día a día terrible en el trabajo y en su vida privada, con lastres emocionales que a veces les igualan a los adolescentes que guían, ha logrado parabienes desde la Seminci de Valladolid hasta Locarno, de Atenas a Chicago pasando por Austin, de Hamburgo a los Independent Spirit. Pero, ¿hay alguien a quien no le guste Las vidas de Grace?
Desde Los Ángeles, Cretton responde por teléfono entre risas: "Hombre, siempre hay algún crítico o espectador que te suelta eso de 'tu peli es así así', pero admito que he tenido mucha suerte con el reconocimiento obtenido". Una de las claves para el buen resultado es el tono. "Efectivamente, me costó mucho porque es crucial. No podía caer en la ira o, por poner de ejemplo otro extremo, en el sentimentalismo. A través del tono transmites los sentimientos: la furia, la tristeza, la alegría... y debe resultar una historia esperanzadora. Creo que en el fondo lo he obtenido de las historias de la gente real que se dedica a ese trabajo y que me contó sus vivencias, y que se parecían mucho en su montaña rusa emocional, porque hablaban de momentos de risas que engarzaban con lágrimas que saltaban a charlas esperanzadoras. Incluso la autenticidad surge de aquellas confesiones y se depura en la relación entre los actores y yo mismo detrás de la cámara".
Me enganché a lo que me contaban los veteranos de aquellas casa, a las miles de anécdotas que me relataban"
Cretton modificó el sexo del protagonista por cambiar un poco. "Hubiera sido muy aburrido para mí meterme en un proceso de engordar el guion del corto al largo. Y encontré supervisoras que me inspiraron para definir a la protagonista y para obtener el punto de vista femenino". Otro acierto es que la película es ficción, y nunca se confunde al espectador, pero el cineasta apuesta por el estilo documental para la verosimilitud. "No me gusta lo estático. Sé que la vida se mueve, y así la vemos. Además, hay un elemento económico. Me importaban mucho las actuaciones y con la cámara en mano pasas rápidamente de un plano a otro: ahorraba tiempo que invertía en pasar más horas con los actores o en que la cámara se fijara más en ellos. Es lo que tienen los presupuestos de cine indie". Y eso incluía hablar con ellos de los trabajos previos de recopilación de información. "Ya colaboré en la Universidad como voluntario en sitios así... En realidad mi primer trabajo tras graduarme fue en una casa así. Y ni siquiera me había planteado escribir un guion sobre aquello. Pero me enganché a lo que me contaban los veteranos, a las miles de anécdotas que me relataban".
Siendo un filme que trata asuntos importantes, no es una película al uso sobre asuntos importantes. Es decir, no hay doctrinilla y sí bastante humor. Y vida. "Por supuesto. La película está llena de ejemplos de qué veces funciona el sistema y de qué veces fracasa, y jamás abandonamos lo importante: la historia y los sentimientos". Y asegura que siempre ha intentado no olvidarlo en sus trabajos: "He ido paso a paso, con cierta presión, claro, porque el corto había tenido éxito en su mundo, pero creo que yo mismo fui quien más me presionó... Así que eso también me ayudaba a no olvidar lo fundamental". Perdón por la broma, pero conociendo el título de su primer largo, y tras el éxito del segundo, ¿es o no Destin Daniel Cretton un hipster? "Espero que no [risas]. El cine en el fondo no es lo más importante de la vida. Hay que distanciarse un poco, ¿verdad?".
El título Las vidas de Grace es la respuesta del distribuidor español ante la complicada realidad de que el público del país se sintiera atraído por una película titulada Short term 12. ¿Qué le parece a su director? "Ah, pues mira, me dijeron el título español desde la distribuidora y reconozco que me gustó desde el principio. Alrededor de Grace giran y dependen muchas vidas, ella misma contiene varias. Sí, me gusta".
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