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Fallece a los 84 años el director y actor Paul Mazursky

El neoyorquino fue cinco veces candidato al Oscar como guionista y productor

Gregorio Belinchón
Paul Mazursky.
Paul Mazursky.S. Granitz (WireImage)

Para numerosos espectadores, Paul Mazursky fue un producto de los setenta y ochenta, un cineasta que no supo pasar dignamente a las siguientes décadas. Dotado de una escritura satírica, que convertía a sus guiones en libretos llenos de frases como cuchillas, Mazursky, que ha fallecido a los 84 años por un fallo cardiaco en el Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles, fue primero actor, después guionista y productor, y finalmente actor de nuevo. Llegó a los Oscar en cinco ocasiones: como responsable de los guiones originales de Bob, Carol, Ted y Alice, de Harry y Tonto y de Una mujer descasada, como escritor adaptador de Enemigos: una historia de amor y como productor –en el premio a mejor película- por Enemigos: una historia de amor. Nunca lo obtuvo. Puede que no sobreviviera a la frondosa sombra de Woody Allen, que ha devorado a creadores similares a él… porque Mazursky era neoyorquino (de Brooklyn) y judío, como el maestro.

Irwin Mazursky (su nombre real) nació en una familia judía neoyorquina, de origen ucranio, en 1930. Su madre se ganaba la vida como pianista en clases de ballet y su padre era funcionario. Tras estudiar Literatura, pasó por el Actors Studio, empezó como intérprete en el teatro, y conoció a otro cineasta que se abría camino, Stanley Kubrick, que le contrató como actor en su debut como director, Fear and desire (1953), en la que ya se acreditó como Paul Mazursky. Aunque dos años después encarnó a un delincuente juvenil en Semilla de maldad, de Richard Brooks, y que siguió trabajando en diversos programas televisivos, el neoyorquino viró su carrera hacia la escritura de guiones, donde sí sacó partido a su talento ya en Los Ángeles. Así llegó su libreto para la película de Hy Averback I love you, Alice B. Toklas (1968) con Peter Sellers, y así logró debutar como director con Bob, Carol, Ted y Alice (1969), con un gran cuarteto: Natalie Wood, Robert Culp, Elliott Gould y Dyan Cannon. Mazursky ya mostraba en esta comedia sus cartas: supo ver el cambio social estadounidense que se reafirmó en la nueva década, con relaciones sentimentales más abiertas, nuevas formas de entender el sexo, nuevos valores generacionales y todo ello adornado con su socarronería y, ante todo, inteligencia.

Paul Mazursky habla sobre la película 'Bob, Carol, Ted y Alice'

En los setenta escribe y dirige El fabuloso mundo de Alex (clarísimamente influida por 8 ½ de Fellini), Blume enamorado, Harry y Tonto (una road movie protagonizada por un anciano que le costó producir y con la que finalmente Art Carney ganó el Oscar al mejor actor), Próxima parada, Greenwich village y Una mujer descasada (en la que Jill Clayburgh estaba soberbia). Los ochenta también es una gran década: Will y Phil: una almohada para tres (su versión de Jules et Jim), Tempestad (versión actualizada de la obra de Shakespeare protagonizada por dos grandes, la pareja John Cassavetes – Gena Rowlands, Un ruso en Nueva York, Un loco suelto en Hollywood (versión del clásico de Jean Renoir Boudu salvado de las aguas), Presidente por accidente y Enemigos, una historia de amor. Siempre se reservó pequeños papeles como actor.

Ahí se acabó su magia. En 1991 escribe y dirige un desastre, Escenas en una galería, con Woody Allen y Bette Midler, con la que se burlaba de Secretos de un matrimonio, de Bergman. A Mazursky se le perdió el olfato en esos años. Solo escribió otra película más, El pepinillo, hasta cierto punto un autorretrato de su caída, y aún dirigió otra más, Fielmente tuya, en la que Chazz Palminteri, además de actuar, adaptaba como guionista una obra teatral suya.

Detrás de las cámaras solo se puso para un par de telefilmes y un documental, pero entonces, a cambio, volvió a actuar en series (Los Soprano, Larry David), películas (Atrapado por su pasado, The Majestic, El funeral del jefe, Dos días en el valle) e incluso en filmes de dibujos animados (Hormigaz, Kung Fu Panda 2). En sus últimos años escribió crítica de cine en la revista Vanity Fair y disfrutó de diversos homenajes, entre ellos una estrella, la 2.515, que recibió el pasado mes de diciembre en el Paseo de la Fama de Hollywood.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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