Putin mantiene incomunicado al cineasta ucranio Oleg Sentsov

El caso del director de cine Oleg Sentsov, detenido en la noche del 11 de mayo en su domicilio de Crimea, ha unido en su defensa a la comunidad cinematográfica internacional, que reclama la liberación de este cineasta de talento al que el Servicio Federal de Seguridad (SFS) de Rusia acusa de perpetrar diversos actos terroristas.

Sentsov fue trasladado desde Crimea a la prisión moscovita de Lefórtovo, en Moscú, y es tratado como ciudadano ruso, aunque no renunció a su ciudadanía ucrania. El expediente se mantiene en secreto y las autoridades rusas no han permitido el acceso al detenido al cónsul ucranio. Los defensores de derechos humanos consideran al cineasta como una víctima de la situación política en la península tras la anexión de esta por Rusia.

Sentsov cumplirá 38 años dentro de unos días y entre los delitos que se aparentemente se le incriminan está el intentar volar dos monumentos en Simféropol, quemar la sede de una asociación prorrusa, así como intentar destruir diversas obras de infraestructura. Los conocedores del cineasta y de su obra creen que el caso tiene una naturaleza política por ser Semtsov uno de los pocos personajes con talento del mundo de la cultura en Crimea que se opusieron a la ocupación rusa. Semtsov es autor de la película Gámer (2011), que ganó un premio en el festival de Róterdam y también en el festival de Janti Mansinsk, en Siberia, donde recibió el galardón de la Crítica. 

A principios de junio, la Academia de Cine de Europa (EFA) dirigió una carta al presidente Vladímir Putin y a otros altos funcionarios rusos, incluido el ministro de Cultura, en la que se manifestaban “profundamente preocupados” por la seguridad del detenido, solicitaban información sobre los cargos contra él y el inicio de una “investigación imparcial sobre la detención aparentemente arbitraria” llevada a cabo por el SFS. Entre los firmantes de la carta estaban Pedro y Agustín Almodóvar, y los directores de cine Ken Loach, Wim Wenders, Mike Leigh, Stephen Daldry, Betrand Tavernier, Andrzej Wajda, Antonio Saura o Volker Schlöndorff, entre otros.

Más de dos semanas después de que los cineastas europeos mostraran su preocupación, el director de cine ruso Nikita Mijailkov se solidarizó con ellos en el acto de clausura del Festival Internacional de Cine de Moscú y lo hizo cuando el jefe de la Unión de Cineastas de Ucrania, Serguéi Trimbach, se dirigió a Putin con el ruego de ayudar a liberar a Sentsov. Mijailkov es amigo personal del presidente ruso y su manifestación pública ha sido acogida positivamente por los familiares del detenido. “Es una señal positiva”, manifestaba por teléfono Natalia Skorostzvuka, prima de Sentsov.

Gámer (2011) es una película moderna e internacional hecha con muy poco presupuesto, según dijo en Moscú el crítico cinematográfico Andréi Plájov en una velada celebrada la semana pasada en Moscú por la sociedad Memorial para recoger fondos para la defensa de Semtsov. En el acto se proyectó la película, que es la historia de un adolescente apasionado por los juegos de ordenador. La cinta, ambientada en un club de juegos de ordenador de Simferópol, capta con un lenguaje muy sugerente, humanista y sutil, la búsqueda existencial del protagonista.

La periodista Zoya Zvétova, que en su condición de visitadora social de prisiones pudo reunirse a Semtsov en la cárcel, explicó que éste había sido traído a Moscú en avión esposado, pero había sido mantenido aislado durante largo tiempo y que existen sospechas de malos tratos y tortura. Según Zvétova, los responsables de seguridad ruso están “fabricando” un caso penal contra el director de cine. Semtsov estuvo en el Maidán (las protestas contra el régimen de Yanukóvich) en el invierno pasado en Kiev y, cuando se produjo la anexión de Crimea, ayudó a salir de la península a los militares ucranianos que habían sido abandonados a su destino por las autoridades centrales en Kiev, según Alexandr Mnatsakanyan, un activista de derechos humanos. Mnatsakanyan estuvo con Semtsov en Crimea cuando este consiguió que los soldados y milicianos rusos que custodiaban el acceso a la península permitieran el paso hacia la parte continental de Ucrania a tres autobuses en los que viajaban los uniformados ucranianos que habían servido en la base aérea de Belbek. Semtsov mismo pagó el transporte, dijo Mnatsakanyan. “Semtsov ayudó a los militares ucranianos que no quisieron humillarse ante los rusos”, manifestó. Citando al SFS, la agencia Ria Nóvosti manifestaba a fines de mayo que en Simferópol había sido desarticulado un grupo de guerrilleros pertenecientes al Sector de Derechas (grupo ultranacionalista ucraniano, prohibido en Rusia) a los que les habían sido incautados armas, explosivos y botellas con líquidos inflamables. Los “sospechosos” habrían confesado que eran miembros del Sector de Derechas y que estaban preparando atentados. En Kiev, el Sector de Derechas negó que Semtsov tuviera nada que ver con ellos.