El caso 4-F
El documental 'Ciutat morta' es extraordinario y sobrecogedor
En la noche del 4 de febrero de 2006 la policía barcelonesa disolvió violentamente la fiesta que se estaba organizando en un local okupado, propiedad del Ayuntamiento. Una maceta arrojada desde la azotea hirió gravemente a un policía que no llevaba casco protector, dejándolo parapléjico. De inmediato fueron arrestados unos muchachos que estaban en la calle, tres de ellos sudamericanos. Tras ser torturados y declarados culpables fueron atendidos en un hospital. Allí se encontraba casualmente una muchacha que también fue detenida, por el look antisistema que la hacía sospechosa. Aunque los peritos aseguraron durante el juicio que era imposible que los chicos hubiesen podido arrojar desde la acera un objeto tan contundente, fueron condenados a varios años de cárcel. Ya liberados siguen reclamando justicia. La muchacha no: Patricia Heras se suicidó al salir de la cárcel.
Se trata de "uno de los casos de corrupción policial, judicial y gubernamental más graves que ha vivido la ciudad de Barcelona en los últimos años", según proclama la película Ciutat morta, premiada en el último festival de Málaga como mejor documental, que al parecer sigue siendo imposible de ver en las televisiones públicas, especialmente en la catalana. Sin embargo, esta obra de Xavier Artigas y Xapo Ortega es tan extraordinaria como sobrecogedora, y debería difundirse por todos los lugares. El rigor y la valentía se dan la mano para un serio trabajo de campo en el que las entrevistas y el material de archivo documentan de forma incuestionable la terrible verdad. “El documental habla de la mentira, del montaje político y judicial, y de torturas”, dicen sus autores, ”hechos que cuando alguna vez llegan a ser enjuiciados, acaban con el indulto a sus responsables.”
Ciudad muerta, que se exhibe en festivales y centros sociales (el jueves 19 de junio podrá verse en la Cineteca del Matadero madrileño), también por su parte comienza con una proyección en un viejo cine de Barcelona que es okupado por los espectadores (y bautizado con el nombre de Patricia Heras, a uno de cuyos poemas hace referencia precisamente el título del documental). La primera frase que se lee en la pantalla es de Montesquieu: “No existe peor tiranía que la ejercida a la sombra de la ley con apariencia de justicia”. El lector interesado puede encontrar más información sobre Ciutat morta en http://metromuster.cc.
Babelia
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