Aquel café parisino
Los problemas de ajedrez y finales artísticos producen, ante todo, placer estético. Pero los publicados en esta columna suelen tener además un valor práctico. Y este encierra mucha historia
Estudio de Adolf Anderssen
Leipziger Illustrierte Zeitung,1848
Érase una vez un elegante café de París, La Régence, visitado por celebridades como Napoleón, Voltaire, Robespierre, Rousseau, Balzac, Benjamin Franklin o Victor Hugo, como describe José Copié en el último número de Nuestro Círculo. Sus paredes de terciopelo rojo, lámparas de araña y mesas de nogal también fueron un buen escenario durante dos siglos (1718-1916) para la inspiración de los mejores ajedrecistas: Philidor, Labourdonnais, Saint Amant, Morphy, Kieseritzky, Anderssen… Éste quizá aprovechó aquel ambiente tan agradable para crear la pequeña joya del diagrama. A la mayoría de los lectores no les costará mucho encontrar un mate en cuatro: 1 Axg7+ Txg7 2 Th1+ Ah5 3 Txh5+ Th7 4 Txh7 mate. Pero acortarlo a tres no es fácil porque todo indica que las piezas blancas ya ocupan las mejores casillas posibles. Quizá entonces surja el espejismo 1 Tg6, dado que la captura de la torre implica el mate directo, pero dura poco: las negras dan jaque en h1. ¿Dónde está el truco entonces? 1 Rb1!! (el famoso concepto del zugzwang, la palabra alemana que define cómo la obligación de jugar puede ser mortal; ¿qué pueden hacer ahora las negras sin estropear aún más la posición?) 1 ..Ah5 (única jugada razonable: mover el caballo permite el mate en g8; si se va la torre de h7, Axg7 sería mate; y mover el alfil a cualquier otra casilla habilita los mates de caballo en f7 o g6; pero hay un cambio sutil en la posición...) 2 Tg6!! (...la torre ya no puede dar jaque en h1; y ante la amenaza Cf7 mate, las negras no tienen elección) 2 ..Axg6+ 3 Cxg6 mate. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
Babelia
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