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OBITUARIO

Tatiana Samoilova, estrella del deshielo del cine ruso

Protagonizó el único filme soviético que ha obtenido la Palma de Oro, ‘Cuando pasan las cigüeñas’, de Mijaíl Kalatozov

Tatiana Samoilova, actriz
Tatiana Samoilova, actriz

En el festival de Cannes de 1958, en el que cometían películas de Ingmar Bergman o Jacques Tati, la Palma de Oro fue otorgada a Cuando pasan las cigüeñas, de Mijaíl Kalatozov, el primer y único filme soviético que lo ha logrado, y su cautivadora estrella de 23 años, Tatiana Samoilova, recibió una mención especial.

Samoilova, fallecida el 5 de mayo de una enfermedad coronaria a los 80 años, se convirtió en la atracción de los medios. Su belleza llevó a muchos a denominarla la Audrey Hepburn rusa.

En obra de Kalatozov, Samoilova interpretaba a Verónica, joven trabajadora de un hospital que escucha que su novio (Alexei Batalov) ha muerto en la guerra, aunque ella se niega a creerlo. Sin embargo, amargas circunstancias la llevan a casar con un hombre (Alexander Shvorin) al que no ama. En la sutil interpretación de Samoilova, muy lejos de la heroína tradicional de la época de guerra, el sufrimiento de Veronica se personaliza en medio de la devastación bélica.

Cuando pasan las cigüeñas, que se filmó al final de la peor década de la historia del cine soviético, fue el primer largometraje que se benefició del deshielo después del famoso discurso antiestalinista de Jruschov en 1956. Samoilova, que fue nominada a la mejor actriz extranjera de los premios Bafta en 1959, esperaba ahora beneficiarse de la relativa libertad que le granjeaba su reputación mundial. Pero aunque recibió numerosas ofertas para trabajar en occidente, el Gobierno soviético impidió que aceptara ninguna fuera de Rusia y sus Estados satélites.

Samoilova, hija de un célebre actor teatral y cinematográfico, Yevgueni Samoilov, nació en Leningrado. Era además sobrina nieta del director Constantin Stanislavski. Se formó como bailarina, y aunque nada menos que Maya Plisetskaya la invitó a formar parte de la escuela de ballet de Bolshoi, Samoilova decidió estudiar interpretación.

Siendo aún estudiante apareció por primera vez en la pantalla en El mexicano (1955), basada en un relato de Jack London. Cuando pasan las cigüeñas fue su segunda película. Kalatozov también le confió un papel protagonista otra película espléndida Neotpravlennoye pismo (La carta que nunca se envió), pero sus siguientes filmes fueron coproducciones soviéticas rutinarias sobre la II Guerra Mundial, hasta que diez años después obtuvo otro de los grandes papeles de su carrera al protagonizar la Ana Karenina de Alexander Zarkhi. La película de Zarkhi, que fue la décima versión cinematográfica de la novela de Tolstoi, probablemente sea la mejor, y la brillante Ana de Samoilova está a la altura de la de luminarias de la pantalla como Greta Garbo o Vivien Leigh. El conde Vronsky, el amante de Ana, fue interpetado por Vasili Lanovoi, el primero de los cuatro maridos de Samoilova.

Durante los años de estancamiento de Breznev la actriz encontró muy escasas oportunidades. En años recientes, apareció en la serie de televisión Saga de Moscú (2004), y, casi irreconocible bajo las capas de maquillaje, en Nirvana (2008), película sobre la adicción a las drogas.

© Guardian News & Media 2014

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