La ciencia de la vida
Con ecos del cine de Michelangelo Antonioni, Farhadi arma un puzle con sus criaturas que resulta imposible de encajar del todo
¿Se puede investigar la vida? ¿Es posible encontrar al culpable de un hecho mayor, grave, trascendente, a partir del análisis concatenado de una serie de hechos menores e intrascendentes que, sumados, llevan al suceso en cuestión? ¿Es científica, empírica, la existencia, sus idas y venidas, sus éxtasis y sus socavones? Y no hablamos de crímenes ni de delitos, hablamos de simplemente pensar, conversar, interceder, relativizar, acusar, odiar, quizá amar. La vida misma. La conclusión la tiene Asghar Farhadi en A propósito de Elly (2009), en Nader y Simin, una separación (2011), en El pasado (2013), tres películas extraordinarias con las que puede que haya inventado un subgénero: la investigación moral, con elementos psicológicos, sociales y políticos; una especie de policiaco del comportamiento.
Con ecos del cine de Michelangelo Antonioni (la semilla de A propósito de Elly está en La aventura), pero cambiando radicalmente de tono (la carnalidad que sustituye a la sequedad), de estilo dramático (la palabra, en lugar del silencio) y de fundamento (el social, en lugar del metafísico), Farhadi coloca a sus criaturas en una interminable y apasionante serie de conversaciones analíticas donde los datos se van ofreciendo al espectador muy poco a poco, como en una suerte de suspense informativo que siempre te mantiene alerta, hasta llegar a armar un puzle que, como los arañazos de la mujer en coma de El pasado, resulta imposible de encajar del todo. Es la complejidad de la existencia.
Unas conversaciones que, aunque la película esté ambientada en París, se desarrollan en los lugares más feos, más banales: trasteros, cocinas, dormitorios mínimos, coches filmados desde el asiento trasero. En el cine de Farhadi nadie es mejor que nadie. Todos somos perfectos en nuestras imperfecciones, o viceversa. No hay blancos ni negros. Todo es grisáceo, todos aciertan, todos se equivocan. Familia, adulterio, legado, soledad, risa, llanto y, sobre todo, el peso del ayer. Farhadi escribe con minuciosidad, con exactitud, con la misma con la que dirige a los intérpretes, a los que obliga a ensayar durante meses. Sin música (apenas unas notas de piano junto al último plano), El pasado, comandada por un personaje catalizador que los hace hablar a todos, examina un suicidio, un divorcio, unas vidas. Pero la vida no se puede analizar, no es científica. La vida es un examen constante.
EL PASADO
Dirección: Asghar Farhadi.
Intérpretes: Bérénice Bejo, Ali Mossaffa, Tahar Rahim, Pauline Burlet, Sabrina Ouazani.
Género: drama. Francia, 2013.
Duración: 130 minutos.
Babelia
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