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Cine, danza y teatro en palmitas

Las distintas disciplinas se mezclan en el insólito espectáculo belga 'Kiss & Cry' Esta 'miniatura' escénica llega a Madrid programada por el Festival de Otoño a Primavera

Elsa Fernández-Santos

Cuando Gulliver llegó a Brodingnag descubrió que nada es grande o pequeño, solo percibimos la escala de las cosas a través de la comparación. En ese juego de tamaños está el espectáculo Kiss & Cry, insólito montaje que mezcla imagen, danza y teatro con la delicadeza de una miniatura y el asombro de un gran truco de magia. En realidad, la compañía belga Charleroi Danzses, que llega a Madrid de la mano del Festival de Otoño a Primavera, no hace ni trampa ni cartón. Solo construye un espectáculo como si de un trabajo de manualidades en directo se tratase. Cine interpretado con las manos. Danza bailada con las manos. Teatro concentrado en las yemas de los dedos, capaces de expresar emociones en cada escena de esta pieza única.

Mientras los dedos bailan, una cámara los observa y graba. Al fondo, una pantalla los proyecta con toda la magia del cine efímero, ese que también se escurre entre los dedos. Kiss & Cry es un montaje conducido por la coreógrafa Michèle Anne De Mey y el director de cine Jaco Van Dormael. Se estreno en 2011 y desde entonces no ha dejado de cosechar las críticas más entusiastas: para la mayoría porque derriba fronteras formales y porque bajo su fragilidad y simplicidad artesanal se esconde un trabajo de extrema belleza. En palabras de Le Monde, "genera puro placer, sobre todo porque las imágenes, ya sean oníricas o divertidas, son excepcionales"

Un detalle del montaje 'Kiss & Cry'
Un detalle del montaje 'Kiss & Cry'Marteen Vanden Abeele

Van Dormael (Bruselas, 1957) es un cineasta que se mueve entre lo romántico y lo surrealista, su filmografía arrancó a principio de los años noventa con Totó el héroe, seguida de El octavo día y, una década después, Las vidas posibles del Señor Nadie. Ahora, y mientras prepara su próximo proyecto ("sí, una comedia muy surreal", dice), continúa de gira con una obra que, según explica, nació en la cocina de su casa. "Mi mujer [ la coreógrafa Michèle Anne De Mey] y yo llevábamos tiempo buscando hacer algo juntos. Siendo ella coreógrafa y yo cineasta no era fácil encontrar proyectos comunes. Un día en casa empezamos a jugar con las manos y con una cámara. Ella se inventó una coreografía manual y yo improvisé un plató de cine en la cocina. a partir de ahí, con juguetes y con una casa de muñecas ampliamos la función".

Von Dormael asegura que Kiss & Cry es un montaje cerrado, milimetrado, en el que cabe poca improvisación. Nueve personas le dan vida desde el escenario, donde surge la paradoja sobre el juego de escalas. "El cambio de tamaño crea una sensación muy fascinante. La mano a veces es grande y otras pequeña, según", explica el director. En definitiva, una experiencia que, en sus palabras, "ni teatro, ni danza, ni cine. En realidad es un milagro. Es algo que solo ocurre en la memoria de quien lo ve".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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