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“Casi me linchan en una boda afgana”

Guillermo Cervera, fotógrafo de mar y de guerra, inaugura el miércoles una exposición en Barcelona

Jacinto Antón
El fotógrafo madrieño Guillermo Cervera, retratado el jueves en Barcelona.
El fotógrafo madrieño Guillermo Cervera, retratado el jueves en Barcelona. Gianluca Battista

Pregunta. ¿Cuál es la foto más difícil que ha hecho?

Respuesta. Le voy a decir la que no he hecho. Cuando mataron a mi lado al fotógrafo británico Tim Hetherington en la carretera de Misrata en 2011 mientras cubríamos la guerra de Libia. Hay compañeros que hubieran fotografiado la escena. Veo la foto: él tendido en el suelo con otros cuerpos alrededor, el humo, la sangre, la camioneta en que le subí. Yo no la hice.

P. ¿Eso le hace mejor o peor fotógrafo?

R. No sé, pero creo que me hace mejor persona. Me alegro de no haber hecho aquella foto.

P. Ha cubierto muchas guerras, Bosnia, Sudán Chad, Sri Lanka, Afganistán… ¿Cómo es estar bajo el fuego?

Los 'selfies' dicen mucho de nuestra sociedad: somos muy egocéntricos, nos creemos todos la Pantoja

R. Una situación rarísima, piensas: “esto no me está pasando a mí, no es real”. Cuando cayó esa bomba y mató a Tim y a los demás me quedé diez segundos, que es mucho tiempo, intentando procesar la información que recibía mi cerebro. Entonces reaccionas y te empiezas a mover. Entiendes que todo aquello es real.

P. ¿Estar detrás de una cámara ayuda?

R. Vas pensando en hacer bien tu trabajo y a veces te metes tanto en eso que en primera instancia la situación no te afecta como lo haría a alguien que no tuviera tu tarea. Pero luego, antes o después, te sale todo. Viene el estrés postraumático que tenemos todos los que estamos en esto. Muchos no se dan cuenta y conviven con ello y lo van capeando con bebida, bromas o mala leche. Pero ahí está.

P. ¿Imprime carácter ser fotógrafo bélico?

R. Yo no me considero fotógrafo de nada. Hago de todo, guerras, surf, moda. Mi último trabajo es una serie de fotos de museos en las que me he dedicado a retratar a personas observando cuadros.

P. ¿Un fotógrafo es una persona con una cámara?

R. Yo creo que sí. Cualquiera que hace fotos. No infravaloro a nadie, ni al que las hace con su teléfono. De hecho, Michael Christopher Brown, de Magnum, al que se le jodió la cámara en Libia, hizo todas las del conflicto con el móvil. Sin alguien hace una foto buena, olé sus cojones. Que se haya universalizado de tal manera la fotografía lo que supone es un reto para nosotros, los profesionales: tenemos que esforzarnos más y hacerlo mejor. Toca ser muy personal, no dejarse llevar por los convencionalismos y por la foto que se vende fácil.

Perfil

Guillermo Cervera (Madrid, 1968), que ha hecho portadas en Newsweek o Rolling Stone, acaba de regresar de Ucrania e inaugura el miércoles una exposición en Barcelona. Es uno de los protagonistas del documental de Sebastian Junger The last patrol, sobre las heridas psíquicas de la guerra. De familia de marinos, desciende del almirante Cervera, el de Cuba. "Era un valiente, pero lo admiro sobre todo por tozudo".

P. ¿Cuál es el secreto para hacer una buena foto?

R. Nada más que hacer clic cuando una escena te provoca un sentimiento.

P. ¿Cuántas fotos buenas se pueden hacer en la vida?

R. Muchas, o ninguna.

P. ¿Y cuál es su mejor foto?

R. En las montañas de Perú, en un mercado, hice una foto de una cabeza de cerdo colgada de un gancho y el carnicero estaba detrás y parecía que el tipo tuviera cabeza de cerdo. Me encanta esa foto, no sé por qué.

P. Vaya, pensé que escogería una de Afganistán.

R. Una boda afgana casi me cuesta la vida. En Kabul, vi a unos novios. A las bodas afganas no te dejan entrar jamás. Pero bajé del coche y me puse a hacer fotos y los novios me sonreían y pensé ‘es la mía’, así que entre en el local de la boda, y seguí disparando, a los familiares, a las mujeres que iban todas descubiertas. Hasta que vi que era el momento de pirarse. Entonces un hombre empezó a gritarme. Aparecieron otros y se me echaron encima, una docena, pegándome, y uno sacó una pistola y me la puso en la cabeza. Por suerte entre mi chófer y el dueño del local me sacaron.

P. ¿Se puede retratar la crisis?

R. Sí, y el mejor sitio no son los contenedores de basura sino los campos de golf. Fotografiando no a los que lo pasan mal sino a los que les da igual. Esos son también parte de la crisis.

P. Esa moda de los selfies...

R. Ahora en Ucrania me los hacía yo junto a los tanques rusos. Dice mucho de nuestra sociedad: somos muy egocéntricos, nos creemos todos la Pantoja.

P. Tiene una obsesión por hacer fotos de surf.

R. Me limpia de todas mis movidas. Es muy arriesgado. Tienes que conocer el deporte y el mar. Una vez me cogió en Lanzarote la ola que llaman El quemado y me partió cuatro costillas.

P. ¿Dónde estará David Hamilton, autor de Bilitis y rey del flou?

R. Vete tú a saber. Recuerdo que con 15 años iba a ver libros de fotos al VIPS y con los suyos me ponía como una moto.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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