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El cine renace de entre los escombros

Grandes títulos del cine español vuelven a su calidad original a través de la alta definición

Rocío García
Un fotograma de 'Carmen la de Triana' (con su protagonista masculino, Rafael Rivelles), tras la restauración de Mercury Films.
Un fotograma de 'Carmen la de Triana' (con su protagonista masculino, Rafael Rivelles), tras la restauración de Mercury Films.

El rostro de Imperio Argentina presenta un aspecto limpio y claro, sin esas rayas y puntos que distorsionan las imágenes de Carmen la de Triana, el filme que Florián Rey dirigió en 1938. También su voz interpretando Los Piconeros se escucha clara y contundente sin esos ruidos de fondo de las viejas cintas. Una canción y una estrella, míticos en la historia del cine español, que sirvió de modelo 60 años después a Penélope Cruz en La niña de tus ojos, de Fernando Trueba. En otra pantalla, unos vecinos despidiéndose en un puerto de un pequeño pueblo, todos pañuelos blancos en mano, han dejado de moverse de arriba abajo y la imagen de todos ellos se ha estabilizado. Son los vecinos de Peñíscola que participaron como extras en el filme de Luis García Berlanga, Calabuch, la comedia costumbrista y sentimental que el director rodó en 1955.

La recuperación de títulos perdidos o deteriorados, verdadera memoria de nuestro cine y de nuestra cultura, están devolviendo a todos ellos su calidad original a través de la alta definición, en lo que se puede considerar la mayor apuesta por la salvación del patrimonio fílmico español, siempre tan olvidado y denostado. Enrique Cerezo, productor y presidente de Mercury Films, es quizás el propietario de Europa que mayor número de películas posee. En total, unos 7.000 títulos, de los que más de la mitad son de producción española, otros 2.500 de verdaderas joyas italianas y el resto de otras nacionalidades. “El problema no es comprar, eso es fácil, lo complicado es restaurar todas esas películas, algunas en un estado lamentable y de las que no se conservan siquiera los negativos originales”, asegura Cerezo en el laboratorio donde se realiza esta exquisita labor de recuperación de los títulos que comenzó a comprar en los años ochenta, con la adquisición de la producción de Cesáreo González y Benito Perojo y que ha continuado con los catálogos completos de Alta Films, Lola Films, Elías Querejeta, Sogepaq y Sogecine o el de Imán Producciones, de José Luis Borau. De Pedro Almodóvar, tiene dos títulos Matador y Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón, las únicas que no pertenecen a El Deseo.

Víctor Erice y Alejandro Amenábar han querido estar presentes  en el talonaje de sus películas

Estos grandes clásicos del cine, y no tan clásicos, los títulos más populares de Marisol o Joselito, la filmografía de Víctor Erice o Alejandro Amenábar, los spaghetti western italiano, junto a las historias en blanco y negro del neorrealismo de Vittorio de Sica o Rosselini se van a ir poniendo a la venta en formato Blu-ray y DVD, todos en alta definición y buscando siempre la calidad original que quisieron imprimir sus realizadores. De momento, son 300 los filmes que se comercializarán a partir de la semana próxima (diez o doce cada mes) en una oferta variada de cara a un público también con diferentes gustos. Comercializado por Divisa Home Video, saldrán a un precio de entre 9,95 y 11,95 euros los DVDs y los 14 y 18 euros los Blu-ray

Por el laboratorio de Mercury Films, en la Ciudad de la imagen de Madrid, han pasado, entre otros, los realizadores Víctor Erice o Alejandro Amenábar. Han querido estar presentes para talonar en directo sus películas e ir viendo, junto a los técnicos, la luz, el color, todos los matices que quisieron en sus inicios y han querido ahora impregnar a sus historias. Erice, por ejemplo, ha rechazado que le quitasen el grano a El espíritu de la colmena y Amenábar ha tenido la oportunidad de borrar esa mujer de la ventana, la única que se le coló en la imagen solitaria de la Gran Vía madrileña por dónde camina alarmado y despistado Eduardo Noriega en Abre los ojos. “Han estado aquí y han disfrutado con la recuperación de sus películas” reconoce Carlos López, el responsable técnico del equipo de 15 personas que, en una mezcla de altísima tecnología y cuidada artesanía, van borrando, fotograma a fotograma, plano a plano, toda la suciedad, ruidos, puntos, rayas que han ido deteriorando unos materiales delicadísimos y que en España nunca se han cuidado. “Aquí no se ha cuidado el patrimonio fílmico. Solo la Filmoteca ha hecho una labor importante. De un mismo negativo, en lugar de hacer una copia y guardar el original, se han tirado y tirado copias hasta que el propio negativo ha quedado en ocasiones inservible”, se lamenta Cerezo.

El mismo fotograma de 'Carmen la de Triana', antes de la restauración.
El mismo fotograma de 'Carmen la de Triana', antes de la restauración.

De Carmen la de Triana, una de las dos películas que estos días ocupan el tiempo de restauración en este laboratorio, no existía ni siquiera negativo original y los trabajos se están haciendo desde un internegativo. Por el contrario, el negativo de Calabuch es el original, algo que alegra sobre manera a estos puntillosos de la magia del cine. Originales o no, lo primero que se hace con el rollo de 35 o 16 milímetros es pasarlo por una máquina que, a lo largo de dos o tres horas, realiza un auténtico lavado con un producto de fuerte olor a alcohol. Una vez elimina la suciedad más áspera, se pasa por el secado y se traslada al gran aparato conocido como Telecine. El Telecine es el encargado de convertir la película en vídeo de alta definición y de proceder, en una segunda limpieza, al eliminado de los primeros defectos que se encuentran incrustados en la película. La última fase se realiza en la sala de restauración, donde a mano y con un cuidado especialísimo, un técnico, fotograma a fotograma (cuatro fotogramas por segundo), plano a plano, va eliminando los últimos puntos, rayas y defectos que todavía quedan en la película, con la ayuda de una máquina norteamericana de última tecnología, la primera que se instaló en Europa. Eso en cuanto a la imagen, porque el sonido pasa de manera independiente por otro proceso de similar técnica, para eliminar los ruidos que invaden las cintas antiguas.

Y así, sin distorsiones, se podrá escuchar y disfrutar de nuevo del baile y el canto de Imperio Argentina en Los piconeros: “Ya se oculta la luna, luna, lunera.. Ya ha abierto su ventana la piconera, la piconera…. Mi piconero.. por tu culpa, culpita yo tengo negro mi corazón”.

Un trabajador de Mercury Films, en plena tarea de restauración de una película del catálogo de Enrique Cerezo.
Un trabajador de Mercury Films, en plena tarea de restauración de una película del catálogo de Enrique Cerezo.CARLOS ROSILLO

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