_
_
_
_

Dramaturgia a toda vela

Un teatro abre sus puertas en el mítico barco Cutty Sark, varado en Greenwich La embarcación es parte del museo marítimo cercano a Londres

Glenda Allaway toca el harpa en el velero Cutty Sark.
Glenda Allaway toca el harpa en el velero Cutty Sark. © Cutty Sark Trust.

Los británicos llevan el teatro en su ADN y cualquier espacio, desde las salas de gran aforo en el West End hasta el altillo de un modesto pub, es siempre bien acogido como escenario de la función. Aun así, la última propuesta recién estrenada en Londres destaca por su tremenda originalidad: El Michael Edwards Studio Theatre ha adoptado su sede en el Cutty Sark, un legendario velero hoy varado en dique seco en el muelle de Greenwich. En la misma bodega de la nave donde hace siglo y medio se trasportaba el té procedente de ultramar hacia Londres, actores y músicos van a deleitar a las audiencias modernas.

Con un aforo limitado de 85 plazas dadas su particulares hechuras, el nuevo teatro –que toma el nombre del destacado productor teatral Michael Edwards- arrancó su singladura este miércoles por la noche con una programación que combinará la comedia, el cabaret, la música y piezas teatrales de pequeña escala. Esa será la faceta nocturna del espacio, porque de día volverá a reciclarse en una de las estancias del barco-museo que recibe a los visitantes de una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.

Los responsables del proyecto teatral confían en que apuntalará el perfil de la embarcación, al tiempo que suma nuevos ingresos al presupuesto del Cutty Sark, cuyo estilizado perfil forma parte del conglomerado del Museo Nacional Marítimo.

Imagen histórica del barco Cutty Shark.
Imagen histórica del barco Cutty Shark.

El velero, uno de los últimos de la clase clipper construidos en el Reino Unido, salió de los astilleros escoceses de Dumbarton en 1869 y a lo largo de una década fue especialmente activo en las rutas de comercio del té entre Londres y China. La pujanza de los barcos de vapor en aquellas líneas acabó desviándolo hacia el transporte de lana de Australia y, si bien consiguió en su tiempo una trayecto récord de 73 días entre Sydney y Londres, el ocaso ya se anunciaba entonces. Desde 1954 ha permanecido en el mismo lugar del sudeste del Támesis, accesible a las visitas del público hasta que un incendio, hace siete años, exigió una millonaria obra de restauración de su coraza. Su reapertura, en 2012, ha vuelto a animar las visitas a Greenwich, un barrio al que puede accederse desde el corazón de la ciudad bien con el metro o tomando uno de los ferries que recorren a diario el río.

El teatro es la última aventura del Cutty Sark. Directores, productores y artistas ya han empezado a mostrar interés en presentar sus propuestas en el nuevo escenario, en cuyo diseño han colaborado desinteresadamente varios miembros de la industria. Su temporada será variada, e incluirá desde presentaciones de estudiantes de conservatorios de música y danza hasta la actuación de nombres destacados, como la virtuosa del harpa Grabiella Dall'Ollio. Un nuevo miembro entre el maravilloso ramillete de teatros de Londres, en todos los tamaños, formatos, y ahora también dentro de una embarcación con historia.,

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_