Un caleidoscopio de palabras
Fotógrafos, escritores, poetas o dibujantes construyen un proyecto coral a partir de los 50 vocablos favoritos de 300 alumnos de educación primaria
Felicidad, música, amor, libro, balón, esternocleidomastoideo… y así hasta 50 palabras con las que medio centenar de autores han escrito otros tantos textos con la única condición de que las incluyeran todas. Un reto literario de espíritu oulipiano que se completa con 50 fotografías, una acompañando a cada texto. Es el juego que recoge el libro Imagina cuántas palabras, primer paso en la materialización de un proyecto nacido en 2011 con vocación transmedia y de plantear un diálogo entre palabra e imagen del que surgen múltiples preguntas: ¿qué imágenes podemos asociar a una palabra?, ¿qué representa una fotografía?, ¿ cuánto hay de realidad en lo que muestran?
Presentado recientemente en Madrid y Pamplona, Imagina cuántas palabras responde a la implicación personal de Carolina Martínez y Clemente Bernad, responsables de Alkibla Proyectos Culturales, empresa editora del libro. Ambos alumbraron este proyecto como un canto a la diversidad cultural de la educación pública y al derecho a una vivienda digna; su gestación es fruto de la sensibilidad política y social de los dos directores: una gestora cultural y un fotógrafo con una trayectoria marcada por trabajos sobre temporeros andaluces, campos de refugiados saharauis, inmigración clandestina o exhumaciones de las fosas comunes de la Guerra Civil.
En el curso 2011-2012, Carolina y Clemente propusieron a los alumnos de segundo a sexto de Educación Primaria del Colegio Público Cardenal Ilundain de Pamplona que escribiesen sus diez palabras preferidas. Los 315 participantes aportaron 1.430 palabras diferentes y las 50 más utilizadas fueron encomendadas a escritores, poetas, fotógrafos e ilustradores como Patxi Irurzun, Juan Carlos Mestre, Ferdinando Scianna, Felipe Zapico, Alfonso Armada, Guadalupe Grande o Enrique Villarreal para construir poemas, relatos, ensayos, viñetas y hasta una pequeña enciclopedia china para occidentales. A ellos se ha sumado Eduardo Nieto, estudiante de Secundaria que ha ganado un concurso literario para escolares que asumía la misma norma de las 50 palabras con la que los participantes en el libro han conseguido un resultado sorprendente por diverso y fructífero. Algunos, como Manuel Rivas, Isabel Bono o Manuel Rico, vuelven al paraíso perdido de la infancia; otros, como Pilar González, viajan al futuro para ensalzar el poder de la imaginación; Emilio Silva propone un relato estremecedor sobre la violencia en Siria; Antonio Orihuela construye un poema visual a partir de un mapamundi cuyos países están representados por palabras y donde mamá corresponde a España, cariño a México o iglú a la Antártida.
Para ilustrar estos textos, Carolina y Clemente convivieron el verano pasado durante una semana en la Corrala de Vecinas La Utopía, en Sevilla, un edificio abandonado por su constructora, en quiebra, y ocupado por 40 familias con problemas económicos, muchas de ellas desahuciadas, apoyadas por el movimiento 15M. Sin conocer previamente los textos, Bernad retrató la rutina cotidiana de los vecinos de La Utopía en unas fotografías con un carácter documental ajeno a cualquier efectismo o voluntad sensacionalista: un patio anodino coronado por una bandera del Che Guevara, una cena familiar, un niño con su hámster, un muro con una pintada que dice: “Sin agua, sin luz y sin miedo”… Bernad completó el proceso cuando asignó una foto a cada texto ampliando así la polisemia de las palabras en su relación con las imágenes.
El libro ‘Imagina cuántas palabras’ es solo el primer paso de esta iniciativa
Todos estos materiales se recogen en un libro colectivo de gran formato editado con mimo y con licencia Creative Commons que autoriza la libre reproducción de los textos e imágenes siempre que se cite al autor y no se modifique la obra. Se han publicado 1.500 ejemplares financiados por distintos patrocinadores que han apadrinado las palabras propuestas. Así, en otra vuelta de tuerca al juego de palabras que articula todo el proyecto, una joyería se ha quedado con felicidad, un bar con amistad o un particular ha adquirido paz para su pareja, llamada Paz. Una experiencia léxica en la que también participa La Utopía, como vemos en una foto que muestra un muro donde han escrito una estrofa del poema No te rindas, de Mario Benedetti. Sus versos subrayan el espíritu que inspira tanto a los vecinos de la corrala sevillana como a los creadores de un proyecto que tendrá continuidad a través de talleres y, quizás, en formato libro en otras lenguas como el euskera.
Babelia
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