El último amor de un mujeriego
'Entre Marta y Lope' retrata la relación del gran dramaturgo y una mujer fuerte, que se quedó ciega y se volvió loca, y el poder en una época llena de contradicciones
Marta de Nevares llegó a los últimos años de la vida del Fénix de los ingenios, hecha de una larga cadena de amantes y de esposas, de hijos y de destierro, de vicisitudes, de revolución de la escena, de gloria y de derrumbe, de pasión, y de una prolífica producción literaria que ha hecho de Lope de Vega uno de los autores cumbre de las letras universales y del Siglo de Oro español. De Nevares, cultivada y fuerte, se le apareció con veintipocos cuando aquel a quien Cervantes denominó monstruo (de la naturaleza) ya casi llegaba a los sesenta en un jardín en el que organizaba un evento poético. Allí el dramaturgo que ya se había ordenado sacerdorte se quedó prendado de la joven, una mujer casada. Más tarde, de Nevares se quedó ciega y perdió la cordura, pero el amor de Lope de Vega no se frenó y a ella le dedicó este hombre mujeriego ternura, los cuidados hasta su muerte. La relación de este “matrimonio” entreteje Entre Marta y Lope, un montaje teatral que se estrena este jueves y que permanecerá en la sala pequeña del Teatro Español hasta el 22 de diciembre, un tête-à- tête protagonizado por la actriz Montse Díez y el actor Gerardo Malla, quien se encarga de la dirección y ha escrito junto a Santiago Miralles el texto.
Coproducida por el Teatro Español y la Fundación Siglo de Oro, cuyo proyecto teatral (RAKAtá) cumple diez años en 2014 y continúa con su objetivo de llevar a la escena montajes que se adapten al público del siglo XXI, la obra supone el punto de partida de las celebraciones y se plantea, como indica Santiago Miralles, que es a su vez embajador de España en Mozambique y autor de novelas, cuentos y artículos, lo siguiente: “¿Cómo sería la convivencia de Lope y de Marta? ¿Qué se dirían, qué se reprocharían, qué se callarían? ¿Cómo revivir un contexto histórico tan lejano sin traicionar sus ideas y su modo de decir las cosas mientras escuchamos a un matrimonio en la soledad de la noche, de cualquier noche, de cualquier tiempo?”. Entre Marta y Lope se prolongó en una convivencia de más de 16 años —y escrita en un mano a mano de Miralles y Malla durante dos— y la obra, de acuerdo con sus autores, se propone narrar ese día a día de la pareja, pero, además, el contexto enorme del Siglo de Oro, con el poder, las contradicciones y la religiosidad de fondo, —el escándalo es también testigo de la relación entre el dramaturgo y Marta de Nevares.
El jardín melancólico de la Casa-museo de Lope de Vega situado paradójicamente en la calle Cervantes de Madrid contempla la presentación de la obra. El montaje hace por una parte una reivindicación del autor que la habitó, un personaje “maltratado”. “No hay nadie como Lope de Vega en nuestra literatura: nadie tan completo, tan inspirado, tan tierno en los afectos y eficaz en las tramas, tan abrumador. Detrás de una obra que no deja de sorprendernos, se esconde una personalidad no menos apasionante. El Lope mujeriego y pendenciero que escribía comedias con pasmosa rapidez y se mofaba de Cervantes no es más que una faceta, la más popular, de un personaje lleno de matices”, explica Miralles. En los últimos días de su existencia, lejos se quedó el reconocimiento y el esplendor para un Lope olvidado por su público que se presenta ante los espectadores en un escenario despojado de artificios, con “una evidente y buscada austeridad: actores, texto y poco más”, señala Malla. “Lope vive la falta de medios, el cansancio y el desengaño… ¿Por qué acabo así en España?”, pregunta Miralles, quien asimismo destaca su intención de crear un diálogo que tuviera una carga emotiva, que sonara “verosímil” y en el que el poder quedase reflejado de manera importante.
Y escuchamos la voz fuerte de una mujer, en una época en la que las de su sexo no la tenían. “Ha supuesto una montaña rusa emocional… Esta obra es para cualquiera que desee entrar y dejarse llevar por el mundo de las emociones”, asegura la actriz Montse Díez, que encarna a la compañera de Lope de Vega. “Ha sido un privilegio contar la historia de una mujer de verdad que fue escondida, sin adornos, para llenarla de vida y de verdad…”.
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