Un cómic que arrasa en vivo
Un musical adapta la rompedora novela autobiográfica de la dibujante Alison Bechdel 'Fun Home', con una excelente acogida de crítica y público, extiende el calendario de funciones
“Mi padre y yo crecimos en la misma pequeña ciudad de Pennsylvania. Mi padre era gay y yo soy gay. Mi padre se mató y yo soy una dibujante lesbiana”. Con esta contundente explicación arranca el musical que triunfa este otoño en Nueva York, sobre el escenario del Public Theater en el circuito Off Broadway. Fun Home, adapta el cómic del mismo título con el que la ilustradora Alison Bechdel quedó catapultada a las lista de ventas y mejores libros del New York Times en 2006. Con su audaz, sincera y estremecedora tragicomedia familiar –como quedó subtitulado el libro– Bechdel dio un nuevo sentido a la novela gráfica, más auto-bio-gráfica que nunca hasta entonces.
Fun Home –cuyo título hace referencia a la funeraria Funeral home que la familia del padre de Bechdel regentaba– ha sido objeto de estudio en universidades y escuelas, traducida a varias idiomas y serializada por el periódico Liberation; en apenas seis años desde su publicación se ha convertido en un clásico. Su nueva vida sobre el escenario, en esta adaptación con libreto de Lisa Kron premiada con un Obie y con música de Jeanine Tesori, sin embargo, no deja de ser sorprendente y rompedora. El personaje de Bechdel es interpretado por tres actrices, una de nueve, otra de 19 y otra que la representa como adulta; y dos premiados actores, Michael Cevaris y Judy Kuhn, encarnan a sus singulares padres. Pasado y presente se superponen, cuando la dibujante trata de dar forma a su historia y plasmarla en dibujos y así sus recuerdos van cobrando vida sobre las tablas. Sus juegos con sus hermanos, la meticulosa y exigente fascinación de su padre por la decoración, la restauración, y la literatura, el amargo rol de su madre, la niña Alison obsesiva-compulsiva y el descubrimiento de su sexualidad en la universidad van discurriendo por las canciones en las que seuna un eco de los 60 y 70, décadas en las que se sitúa la historia. La función de poco más de una hora y media de duración, recorre el difícil camino que Bechdel emprende al intentar dotar de sentido su historia familiar y hacer las paces con la complicada figura de su padre ya desaparecido, un hombre culto, con obsesivo buen gusto y patológicas frustraciones.
Definido por Ben Brantley, en The New York Times como un “precioso musical que te parte el corazón”, el éxito de crítica y público ha prolongado la permanencia de Fun Home en cartelera hasta el 3 de diciembre, demostrando el tirón de esta obra que ha logrado dotar a sus personajes de una complejidad y profundidad opuesta a la caricatura en la que a menudo caen los musicales.
Babelia
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